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La iniciativa 'Caminos Jacobeos del Oeste Peninsular’ revitaliza el Camino Mozárabe a su paso por Córdoba

Redescubrir nuestra tierra puede ser, quizás, uno de los aspectos más positivos que ha traído este 2020. Y es que ha aflorado la necesidad de descargar la tensión haciéndoles kilómetros a nuestros pies y convirtiendo la proximidad en un gran viaje. Y no es para menos, pues la provincia de Córdoba cuenta con un patrimonio natural y arquitectónico digno de ser contemplado.


Ante esta circunstancia, parece idónea la propuesta que la Diputación de Córdoba plantea para estas fechas en las que la tradición tiene que reinventarse y que vienen marcadas por un llamamiento unánime a la responsabilidad de los ciudadanos.

“Desde la institución provincial siempre hemos promocionado turísticamente la provincia, pero ahora con la puesta en marcha del proyecto europeo Caminos Jacobeos del Oeste Peninsular creemos que es una opción diferente para pasar estas fiestas y recuperar el Camino Mozárabe a Santiago”, ha señalado Víctor Montoro, delegado de Programas Europeos de la Diputación, quien ha recordado que el proyecto para Córdoba cuenta con casi 200.000 euros, cofinanciados con cargo a los fondos Feder.

“La Diputación se está encargando, entre otros, de conocer el estado de la señalización actual del Camino. Ahora sabemos que hay que ubicar o mejorar un total de 1.100 señales en las diferentes etapas”, ha indicado Montoro sobre el proyecto incluido en el programa Interreg Poctep 2014-20 y que cuenta con 13 socios.

El recorrido del Camino Mozárabe en la provincia puede iniciarse desde Alcaudete (Jaén) o bien desde Cuevas Bajas (Málaga). Este último contempla más de 60 kilómetros que permiten al peregrino transitar desde la comarca de la Subbética hasta el Guadajoz.

Es en el camino de Las Encinas de la localidad malagueña donde se atisban las primeras flechas de esta primera etapa de Cuevas Bajas-Encinas Reales, que consta de 5,7 kilómetros. Aquí el río Genil se establece como compañero de Camino en gran parte del recorrido para llegar a la antigua carretera de Córdoba a Málaga hasta el municipio enciarrealeño.

Al igual que en ésta, en la segunda etapa también el paisaje se colorea por un río, pero en este caso el Anzur. Un total de 20 kilómetros en los que no falta el olivar y que culminan con una llanura previa a llegar a la ciudad aracelitana, que cuenta con un albergue municipal. Así, en la antigua estación de tren lucentina arranca la siguiente jornada continuando por la Vía Verde del Aceite hasta dar con Cabra en un recorrido de 13 kilómetros con escasa dificultad.

La misma distancia es la que separa Cabra de Doña Mencía, una etapa que también comienza en la antigua estación de ferrocarril, donde se pueden ver las primeras flechas amarillas, hasta llegar a la Parroquia de la Consolación, que actúa como albergue. La última etapa, de casi 9 kilómetros, discurre entre Doña Mencía y Baena. Destaca el inicio, en el que no será hasta el final de la calle Jaén cuando el peregrino observe las primeras flechas.

Ya en pleno Guadajoz, en Baena, el Camino continúa hasta Castro (20 km) y sigue con otras etapas que discurren ya por la capital y la comarca de Los Pedroches. Otra propuesta de casi 200 kilómetros más para continuar descargando el estrés y, por supuesto, deleitándose del patrimonio de la provincia cordobesa.

REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
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