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María Jesús Sánchez | Metáfora

Hoy me he visto en la pared. Atardecía y mi sombra caminaba junto a mí. Decidí observarla durante un tiempo y descubrí que mi paso siempre es el mismo: mi cabeza y mi tronco van más deprisa que mis piernas y pies. Hubo momentos en que tuve la sensación de que me iba a caer hacia delante. Y me vino a la cabeza un pensamiento: ¿no es una metáfora este caminar mío de mi actitud ante la vida?



Mi cabeza es siempre la que tira hacia adelante sin esperar a mi cuerpo. El momento presente se queda en mis pies, lo pisoteo. El futuro inmediato o lejano es la zanahoria que sigue el conejo corredor de mi cerebro. Solo le falta el reloj para formar parte del cuento de Alicia en el país de las maravillas.

Ya lo sé. Sé que siempre te estoy hablando de parar, de vivir el presente, de estar aquí y ahora. Vale, me cuesta conseguirlo, pero ya soy más consciente de mi funcionamiento interior y eso es bueno. El hecho de que vea esta metáfora, ya es un triunfo.

Te hablo como si fueras un amigo ante el que me tengo que justificar. Y odio justificarme. Sé, querido diario, que tú eres discreto y nunca me juzgas, solo me escuchas. Te he atribuido un papel que no es tuyo. Es la vocecita que me corrige constantemente la que me abruma, no tú.

Llevo años peleando con ella y ahora comprendo que no es mala su intención. Está ahí para protegerme, para que me cuide, para que no me pierda, pero no me gustan sus maneras. Si importantes son los mensajes, las formas de decirlos también lo son.

Vocecita: ¿no podrías avisarme con cariño? Es que hoy estoy triste y necesito un abrazo y comprensión. No entiendo qué hago tan lejos de mi tierra, tan lejos de los que me quieren... Ya queda poco, se acerca la primavera, el fin de curso y mi vuelta a España. Tan cerca y tan lejos. Otra vez pensando en el futuro. Ahora me corrijo yo.

¿Qué necesitaría yo ahora? Dar un paseo. Así que me visto y me voy a ir a pasear por el río. Seguiré su curso, me dejaré llevar por la corriente y haré una parada en mi rincón favorito. ¡Sí! Después de un chocolate caliente en la isla de San Luis, seguro que veo todo con otra perspectiva. Hay días en los que lo único que puedo hacer es mimarme...

MARÍA JESÚS SÁNCHEZ