La vendimia 2025 ha comenzado hoy en la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles con una preocupante previsión de cosecha. A pesar de tratarse, como cada año, de la primera recolección de uva que tiene lugar en la Europa continental, la cosecha de este año llega marcada por una fuerte merma en la producción, provocada por el severo ataque de mildiu, una enfermedad fúngica que ha puesto en jaque a los viticultores de la comarca.
Desde primera hora de la mañana, la Cooperativa Agrícola La Unión, una de las entidades de referencia en el marco Montilla-Moriles, ha dado el pistoletazo de salida a la vendimia tras varias semanas de seguimiento técnico de las variedades más tempranas, como Chardonnay, Moscatel y Verdejo. A ellas se sumará en los próximos días la recolección de las uvas Sauvignon Blanc y Merlot, así como de las variedades tintas y, más adelante, la Pedro Ximénez, variedad autóctona y eje vertebrador de la producción vinícola de la zona.
La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja Córdoba) confirmó ayer que será una vendimia de escasa producción. El presidente de la Sectorial de Viña, Juan Manuel Centella, explicó que “va a ser una vendimia con una producción muy baja debido al intenso ataque de mildiu de esta campaña, que además dificultará en algunas parcelas la vendimia por la heterogeneidad en la maduración”.
Por su parte, desde la Cooperativa Agrícola La Unión desvelaron ayer que el inicio de la campaña tenía lugar con, aproximadamente, quince días de retraso con respecto al pasado año y constataron el alcance del problema. El director-gerente de La Unión, Francisco Fernández, reconoció que “este año la vendimia estará marcada por la afectación del mildiu, enfermedad que va a mermar la cosecha en más de un 50 por ciento en la zona Montilla-Moriles”.
Las previsiones, tanto de Asaja como de La Unión, coinciden en que la recolección se quedará en torno a los 18 millones de kilos de uva, muy lejos del volumen habitual que se registra en el marco vitivinícola cordobés, y que se sitúa entre 38 y 40 millones.
Para Fernández, esta será “una vendimia corta de kilos y, posiblemente, no se llegará en la zona a los 18 millones de kilos”. De igual modo, la campaña será “larga en el tiempo, ya que la maduración será muy desigual, en función del grado de incidencia del mildiu”. Según apuntó el director-gerente de La Unión, “habrá cepas con pocas uvas que maduren muy rápido; otras que, por la cantidad de uva, tardarán en madurar y, lamentablemente, habrá cepas que no tendrán cosecha”.
El mildiu, conocido también como añublo o mildeo en otras regiones, es un hongo parásito originario de América que puede llegar a causar daños devastadores si el clima le es propicio. Causado por el pseudohongo Plasmopara viticola, suele atacar los racimos y las uvas en todas sus etapas de desarrollo, especialmente en su fase más joven.
En lo que respecta a las variedades negras, la uva tinta apenas representa ya una superficie simbólica en el marco Montilla-Moriles. Su producción estimada no superará los 600.000 kilos, según detalló ayer Asaja Córdoba. En cuanto a los precios, aún no hay cifras oficiales, pero los profesionales del sector confían en que la escasez de producción impulse al alza las tarifas para, de este modo, tratar de compensar las pérdidas.
La vendimia en La Unión se desarrolla tanto de forma manual como mecanizada. Mientras la recogida manual se realiza entre las 7.00 de la mañana y las 14.00 de la tarde, el uso de cosechadoras se concentra en horario nocturno, entre las 4.00 y las 10.00 de la mañana, con el fin de evitar las altas temperaturas. “Las cosechadoras permiten vendimiar una gran cantidad de racimos a salvo de las elevadas temperaturas que se registran en la Campiña en las horas centrales de la jornada”, detalló Francisco Fernández.
La cooperativa montillana afronta, un año más, el inicio de campaña bajo el sello de la sostenibilidad. Desde 2022, La Unión cuenta con dos plantas fotovoltaicas de autoconsumo que abastecen sus instalaciones administrativas y de producción. “Hoy en día no basta con elaborar y comercializar aceites y vinos de calidad sino que, además, debemos esforzarnos por hacerlo de manera sostenible y con el máximo respeto hacia nuestro entorno”, aseguró Fernández.
Estas instalaciones solares, dotadas con más de 200 placas, han logrado reducir en torno a un 40 por ciento los costes energéticos de la entidad, que defiende una producción responsable con el medio ambiente. “De este modo, nuestra entidad está contribuyendo a reducir el impacto medioambiental que tanto daño está haciendo en nuestros cultivos y que, este año, están soportando temperaturas muy altas y ocasionando adelantos en las vendimias como nunca habíamos visto antes”, añadió el director-gerente de La Unión.
A pesar de las dificultades que presenta la campaña, desde la cooperativa montillana se afronta con determinación el reto que supone una vendimia tan irregular. “Esperamos una cosecha de calidad y satisfactoria para nuestros socios viticultores”, dijo Fernández, quien no ocultó la mezcla de emociones con la que comienza la campaña. “Los socios y el personal de esta cooperativa afrontan esta nueva vendimia con mucha ilusión, con muchas ganas y cómo no, con un poco de nervios, ya que son muchos días de trabajo los que dedicamos a nuestras viñas”.
Las administraciones, tanto el Gobierno de España como la Junta de Andalucía, han optado por esperar al final de la recolección para evaluar con precisión los daños ocasionados por el hongo y, en su caso, aprobar ayudas específicas para los agricultores afectados.
Y es que, en comparación con años anteriores, la situación actual supone una de las vendimias más mermadas del siglo. Desde la histórica campaña de 2003, que alcanzó los 86,1 millones de kilos de uva, con 14,5 millones de litros de vino producidos —de los que 1,5 millones correspondieron a la variedad Pedro Ximénez y 507.000 litros a vinos jóvenes—, no se habían registrado caídas tan drásticas. Hasta ahora, el peor registro databa del año 2012, cuando apenas se molturaron 27,6 millones de kilos.
Por ello, todo apunta a que la vendimia 2025 será recordada por la dureza de la climatología, la imprevisibilidad en la maduración del fruto y la esperanza, siempre persistente, de obtener unos vinos que hagan honor al prestigio y la historia de la zona Montilla-Moriles.
Desde primera hora de la mañana, la Cooperativa Agrícola La Unión, una de las entidades de referencia en el marco Montilla-Moriles, ha dado el pistoletazo de salida a la vendimia tras varias semanas de seguimiento técnico de las variedades más tempranas, como Chardonnay, Moscatel y Verdejo. A ellas se sumará en los próximos días la recolección de las uvas Sauvignon Blanc y Merlot, así como de las variedades tintas y, más adelante, la Pedro Ximénez, variedad autóctona y eje vertebrador de la producción vinícola de la zona.
La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja Córdoba) confirmó ayer que será una vendimia de escasa producción. El presidente de la Sectorial de Viña, Juan Manuel Centella, explicó que “va a ser una vendimia con una producción muy baja debido al intenso ataque de mildiu de esta campaña, que además dificultará en algunas parcelas la vendimia por la heterogeneidad en la maduración”.

Por su parte, desde la Cooperativa Agrícola La Unión desvelaron ayer que el inicio de la campaña tenía lugar con, aproximadamente, quince días de retraso con respecto al pasado año y constataron el alcance del problema. El director-gerente de La Unión, Francisco Fernández, reconoció que “este año la vendimia estará marcada por la afectación del mildiu, enfermedad que va a mermar la cosecha en más de un 50 por ciento en la zona Montilla-Moriles”.
Las previsiones, tanto de Asaja como de La Unión, coinciden en que la recolección se quedará en torno a los 18 millones de kilos de uva, muy lejos del volumen habitual que se registra en el marco vitivinícola cordobés, y que se sitúa entre 38 y 40 millones.
Para Fernández, esta será “una vendimia corta de kilos y, posiblemente, no se llegará en la zona a los 18 millones de kilos”. De igual modo, la campaña será “larga en el tiempo, ya que la maduración será muy desigual, en función del grado de incidencia del mildiu”. Según apuntó el director-gerente de La Unión, “habrá cepas con pocas uvas que maduren muy rápido; otras que, por la cantidad de uva, tardarán en madurar y, lamentablemente, habrá cepas que no tendrán cosecha”.

El mildiu, conocido también como añublo o mildeo en otras regiones, es un hongo parásito originario de América que puede llegar a causar daños devastadores si el clima le es propicio. Causado por el pseudohongo Plasmopara viticola, suele atacar los racimos y las uvas en todas sus etapas de desarrollo, especialmente en su fase más joven.
En lo que respecta a las variedades negras, la uva tinta apenas representa ya una superficie simbólica en el marco Montilla-Moriles. Su producción estimada no superará los 600.000 kilos, según detalló ayer Asaja Córdoba. En cuanto a los precios, aún no hay cifras oficiales, pero los profesionales del sector confían en que la escasez de producción impulse al alza las tarifas para, de este modo, tratar de compensar las pérdidas.
Una vendimia sostenible y responsable
La vendimia en La Unión se desarrolla tanto de forma manual como mecanizada. Mientras la recogida manual se realiza entre las 7.00 de la mañana y las 14.00 de la tarde, el uso de cosechadoras se concentra en horario nocturno, entre las 4.00 y las 10.00 de la mañana, con el fin de evitar las altas temperaturas. “Las cosechadoras permiten vendimiar una gran cantidad de racimos a salvo de las elevadas temperaturas que se registran en la Campiña en las horas centrales de la jornada”, detalló Francisco Fernández.
La cooperativa montillana afronta, un año más, el inicio de campaña bajo el sello de la sostenibilidad. Desde 2022, La Unión cuenta con dos plantas fotovoltaicas de autoconsumo que abastecen sus instalaciones administrativas y de producción. “Hoy en día no basta con elaborar y comercializar aceites y vinos de calidad sino que, además, debemos esforzarnos por hacerlo de manera sostenible y con el máximo respeto hacia nuestro entorno”, aseguró Fernández.
Estas instalaciones solares, dotadas con más de 200 placas, han logrado reducir en torno a un 40 por ciento los costes energéticos de la entidad, que defiende una producción responsable con el medio ambiente. “De este modo, nuestra entidad está contribuyendo a reducir el impacto medioambiental que tanto daño está haciendo en nuestros cultivos y que, este año, están soportando temperaturas muy altas y ocasionando adelantos en las vendimias como nunca habíamos visto antes”, añadió el director-gerente de La Unión.
A pesar de las dificultades que presenta la campaña, desde la cooperativa montillana se afronta con determinación el reto que supone una vendimia tan irregular. “Esperamos una cosecha de calidad y satisfactoria para nuestros socios viticultores”, dijo Fernández, quien no ocultó la mezcla de emociones con la que comienza la campaña. “Los socios y el personal de esta cooperativa afrontan esta nueva vendimia con mucha ilusión, con muchas ganas y cómo no, con un poco de nervios, ya que son muchos días de trabajo los que dedicamos a nuestras viñas”.

Las administraciones, tanto el Gobierno de España como la Junta de Andalucía, han optado por esperar al final de la recolección para evaluar con precisión los daños ocasionados por el hongo y, en su caso, aprobar ayudas específicas para los agricultores afectados.
Y es que, en comparación con años anteriores, la situación actual supone una de las vendimias más mermadas del siglo. Desde la histórica campaña de 2003, que alcanzó los 86,1 millones de kilos de uva, con 14,5 millones de litros de vino producidos —de los que 1,5 millones correspondieron a la variedad Pedro Ximénez y 507.000 litros a vinos jóvenes—, no se habían registrado caídas tan drásticas. Hasta ahora, el peor registro databa del año 2012, cuando apenas se molturaron 27,6 millones de kilos.
Por ello, todo apunta a que la vendimia 2025 será recordada por la dureza de la climatología, la imprevisibilidad en la maduración del fruto y la esperanza, siempre persistente, de obtener unos vinos que hagan honor al prestigio y la historia de la zona Montilla-Moriles.
JUAN PABLO BELLIDO / REDACCIÓN
FOTOGRAFÍA: JUAN PABLO BELLIDO (ARCHIVO)
FOTOGRAFÍA: JUAN PABLO BELLIDO (ARCHIVO)

