El mercadillo de Baena ha regresado esta mañana a la calle Sargento Domingo Argudo, tres meses después de su última visita al pueblo. Siguiendo un estricto protocolo de seguridad, el Ayuntamiento ha señalizado las calles marcando la dirección en la que tienen que caminar los usuarios para evitar aglomeraciones de gente en ambos sentidos.
El mercadillo ha vuelto con una serie de normas que, a partir de ahora, marcarán la ‘nueva normalidad’ de los jueves por la mañana. Con una entrada y una salida establecidas, carteles informativos y dispensadores de gel hidroalcohólico en diferentes puntos del recorrido. Para el acceso al circuito es imprescindible el uso de mascarilla, así como mantener la distancia de seguridad de metro y medio, sin embargo, se prohíbe el uso de guantes.
La cara que ha ofrecido esta primera sesión de mercadillo ha sido muy diferente a la que habríamos visto de haber abierto antes de que terminara la desescalada. Los vendedores tenían claro que querían volver con la totalidad de los puestos y, por eso, aunque había opción de regresar una o dos semanas antes, ellos han sido los que han preferido esperar.
Ahora, han podido volver a instalarse los 120 puestos habituales y en el emplazamiento de antes, a pesar de que se barajó la posibilidad de un cambio de sitio. “Los puestos requieren un espacio y también nosotros tenemos que tener en cuenta el distanciamiento social. El único lugar donde se aseguraba el control de aforo, es la calle donde se ubica la SCAFA. Desde ahí, hasta el Centro de Congresos. Pero también surgía la problemática de ser una zona alejada, por tanto, no hay opciones para tomar un café. Se descartó, porque no era la mejor opción para los vendedores”, explica el delegado de comercio, José Gómez.
De esta manera, la esencia del Mercadillo ha regresado a Baena y, aunque se ha notado una menor asistencia de gente, las condiciones en las que se ha abierto recuerdan mucho a la normalidad que teníamos antes de que llegara la pandemia.
El mercadillo ha vuelto con una serie de normas que, a partir de ahora, marcarán la ‘nueva normalidad’ de los jueves por la mañana. Con una entrada y una salida establecidas, carteles informativos y dispensadores de gel hidroalcohólico en diferentes puntos del recorrido. Para el acceso al circuito es imprescindible el uso de mascarilla, así como mantener la distancia de seguridad de metro y medio, sin embargo, se prohíbe el uso de guantes.
La cara que ha ofrecido esta primera sesión de mercadillo ha sido muy diferente a la que habríamos visto de haber abierto antes de que terminara la desescalada. Los vendedores tenían claro que querían volver con la totalidad de los puestos y, por eso, aunque había opción de regresar una o dos semanas antes, ellos han sido los que han preferido esperar.
Ahora, han podido volver a instalarse los 120 puestos habituales y en el emplazamiento de antes, a pesar de que se barajó la posibilidad de un cambio de sitio. “Los puestos requieren un espacio y también nosotros tenemos que tener en cuenta el distanciamiento social. El único lugar donde se aseguraba el control de aforo, es la calle donde se ubica la SCAFA. Desde ahí, hasta el Centro de Congresos. Pero también surgía la problemática de ser una zona alejada, por tanto, no hay opciones para tomar un café. Se descartó, porque no era la mejor opción para los vendedores”, explica el delegado de comercio, José Gómez.
De esta manera, la esencia del Mercadillo ha regresado a Baena y, aunque se ha notado una menor asistencia de gente, las condiciones en las que se ha abierto recuerdan mucho a la normalidad que teníamos antes de que llegara la pandemia.
MARTA BAENA SANZ / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍA: M.B.S.
FOTOGRAFÍA: M.B.S.
