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Belén Ariza: "El flamenco es una fuente de emociones, un canal para comunicarnos y transmitir sentimientos"

Belén Ariza quiere seguir superándose y aprendiendo mientras "disfruta al máximo" de su pasión, el flamenco. Coincidiendo con su apretada agenda de verano, repleta de actuaciones en varios festivales de renombre, la bailaora de Baena hace balance de sus orígenes en la Peña Flamenca Baenense mientras vive en Sevilla su etapa de mayor "madurez y seguridad".

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—¿De cuándo viene su afición por el flamenco?

—Por suerte desde muy pequeña, con tan solo 5 años mi tía me llevaba a bailar con ella a clases con Manolo Perálvarez, y en mi casa a través de mi padre y mi tío, siempre ha habido gran afición al cante y al flamenco en general, han sido muchos los festivales a los que me iba con ellos y muchas madrugadas de escuchar cante, además de reuniones y tertulias donde había muy buenos aficionados y yo me quedaba allí escuchando e interesándome por ello y todo lo que contaban y cantaban.

Después un poco más mayor. Con 14-16 años nos unimos un grupo de amigas de padres aficionados al cante y pedimos que nos buscaran un profesor para que nos dieran clases en la Peña Flamenca. Venían a Baena Mariló Regidor, Juan de Dios y Ana García. De ahí surgió el cuadro de baile de la Peña Flamenca Baenense y el interés por bailar y seguir interesándome por esta disciplina.

Cuando era pequeña lo que más me gustaba hacer era vestirme con mi traje de gitanilla y mis tacones. Siempre que veía a una bailaora decía "yo quiero ser como ella". Quería bailar. Les decía a mis padres "yo quiero bailar flamenco".

—¿Cuál fue su primera vez en subirse al escenario?

—Con Manolo Perálvarez íbamos a concursos de sevillanas y al formar parte del cuadro flamenco de la Peña de Baena hacíamos actuaciones en la localidad y ya sobre todo cuando empecé a dar clase con mi maestra Ana García. Ella nos daba la oportunidad de bailar muchísimo, con su presentación anual de la escuela, ferias, romerías, eventos... Recuerdo uno de los más especiales para nosotros y fue la boda del jugador madridista Iván Helguera en Santander.

Pero reconozco que la primera vez a la que me enfrenté sola a un escenario fue mi estreno como bailaora solista en el año 2010 para el XXXIV Salmorejo Flamenco, en Baena, donde a partir de entonces la concepción del baile y de los escenarios cambió para mí. Ya no era una simple afición, ahora ya era una gran responsabilidad. Continuar con ello requería un gran sacrificio para poder compatibilizar con mis estudios y trabajo.

—¿Qué le hace falta a una buena bailaora?

—Te podría decir que mucho o nada, depende de lo que cada cual vaya buscando. A veces nos concentramos en la técnica, otras veces en la 'flamencura', fuerza, giros, expresión, naturalidad, zapateados, virtuosismo, elegancia… Al final para mí una bailaora tiene que tener 'algo que te llegue', como decimos nosotros, que te transmita y te cuente algo, una sensación, una emoción, unas vivencias, un sentimiento a través de sus movimientos, de su música, de cómo le baile al cante, cómo remata una letra… ese algo que te haga disfrutar y te saque un 'olé' del alma.

Además de todo ello, es fundamental el conocimiento del flamenco, del cante, de la guitarra y para mí conlleva tener unos valores que son fundamentales como el respeto, la perseverancia y la humildad.

—¿Es flamenca Baena?

—Baena es flamenca, pero podría serlo más aún. Hay muy buena afición, organizaciones y personas que apoyan y promueven las actividades, luchando por mantener viva la llama del flamenco. Tenemos uno de los mejores festivales flamencos, que es nuestro Salmorejo Flamenco, organizado por la Peña Flamenca Baenense, que en los últimos años ha recobrado gran valor, ofreciendo carteles con los mejores artistas flamencos de la actualidad como El Cabrero, Marina Heredia, Argentina, Arcángel, Pedro "El granaino"...

El programa local de televisión Tablao de Diego Porcuna, que nos acerca el flamenco a nuestras casas, mostrándonos no solo el flamenco actual, sino la historia de este. Los cursos y escuelas organizados por artistas baenenses como Emilio Rosales y Eduardo Tarifa, que acercan el conocimiento del cante a los aficionados.

Y este último año desde la Delegación de Festejos he visto que ha recobrado importancia y apoyo, fomentándolo cada vez más mediante la organización de algunos eventos, presentación de espectáculos, actuaciones y colaboraciones flamencas.

—¿Tenemos arte en nuestro pueblo? ¿Está valorado el flamenco en Baena?

—Mucho, me siento muy orgullosa de compañeros y de grandes artistas que tenemos en nuestro pueblo, que enriquecen este arte y la cultura del flamenco en Baena. Que yo recuerde al cante Antonio Ramos "El Andarín" y Antonio Quesada, ya fallecidos y actualmente Eduardo Tarifa, Emilio Rosales o Elías Gallardo. Y de mi generación Manuel Párraga, su hermano Álvaro Párraga y alumnos de la escuela de Eduardo Tarifa, en guitarra Manuel Martínez y en el baile Sergio García y María Morales, además de las alumnas de academias que pueden llegar a bailar muy bien.

Creo que se deberían realizar más actos que promuevan este arte y cultura tan propia de nuestra región, y que todas los baenenses y vecinos de la comarca puedan conocerlo. El conocimiento es fundamental para darle el valor que el flamenco se merece.

—¿Quién le enseñó este arte?

—La primera base a nivel profesional fue mi maestra y amiga Ana García "Anamarga". Fueron muchos años de trabajo y aprendizaje junto a ella, confió en mí y supo orientarme sobre los diferentes caminos por los que te lleva este arte. También en Córdoba estudié con Estefanía Cuevas y Javier Latorre.

Después mi paso por Granada fue el punto y seguido para seguir avanzando y enriqueciéndome. Tuve la oportunidad de estudiar con grandes maestros como Fuensanta "la Moneta". Javier Martos me ofreció la oportunidad de trabajar con él en varias actuaciones y espectáculos propios. Rafaela Carrasco, Belén Maya, Patricia Guerrero, Mariquilla… Además de poder trabajar en tablaos del Albaicín y Sacromonte.

Actualmente estoy en Sevilla, donde mi desarrollo como bailaora adquiere una mayor madurez y seguridad. Estudio con artistas de mayor renombre como son La "Lupi", Rafael Campallo, Mercedes Ruiz, Carmen Ledesma, María Moreno, Úrsula López, Andrés Marín o Begoña Arce.

No he tenido la oportunidad de tener una formación específica académica relacionada con la danza y todo aquello que sé lo he ido aprendiendo de mis maestros, de mis compañeros, mis músicos y de muchas horas de ensayo frente al espejo. Eso sí, el mayor aprendizaje me lo ha dado subirme a un tablao y enfrentarme a un público, equivocarme y corregir.

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¿Qué es lo que más admira de sus profesores?

—De cada uno me quedo con algo, y todo ello lo intento asimilar y entender a mi manera y adaptarlo a mi personalidad y trasmitirlo con mi propio lenguaje.

¿Qué encuentra el público en el flamenco?

—Una fuente de emociones, sentimientos, una forma de vida, una cultura, un arte, un tiempo de disfrute. El flamenco es un canal para comunicarnos y transmitir todo lo anterior.

¿Cuáles son sus próximos proyectos?

Este verano al igual que el anterior está siendo uno de los más importantes para mí. A nivel de actuaciones estaré junto a mi cuadro de baile en varios festivales como El Gazpacho Flamenco de Andújar, junto a David Palomar y "El Pele"; el  Festival de Arte Flamenco de Pegalajar junto a Jesús Méndez y Pedro "El Granaino" y en la Cata Flamenca de Montilla, considerado el mejor festival de la comarca, junto a Marina Heredia y Julián Estrada, entre otros.

Entre los proyectos que me quedan por hacer espero que muchas cosas más dentro de este mundillo. Me gustaría poder formar parte de alguna compañía y compartir experiencias con otros artistas, pisar tablaos que aún no he estado. Y tengo alguna idea que ronda por mi cabeza, sobre la que llevo tiempo trabajando que quiero presentaros muy pronto.

¿Hacia dónde proyecta su estilo de baile flamenco? ¿Más a lo tradicional o a lo vanguardista?

—Cada uno nos vamos creando nuestro mundo dentro del flamenco, hay diferentes caminos por donde escoger, gente diferente con la que estudiar, personas que te van aportando cosas, entre las cuales vas filtrando con aquello que te quieres quedar y lo que no. Vas moldeando tu estilo y defines tu personalidad. No todos los bailaores tienen la misma trayectoria dentro del flamenco, esto es lo que nos hace diferentes, es lo que le da valor y riqueza a este arte. Hay etapas en las que buscas algo más tradicional y momentos que apetece probar e innovar. Lo importante es el respeto a lo que haces, hacer aquello que te haga sentirte bien y que cada una cuente el baile como lo entienda.

—En un campo tan amplio como el flamenco, ¿Con qué palo se queda?

—Me gusta mucho escuchar el cante por soleá. En sus diferentes estilos soleá de Alcalá, Cádiz, soleá de Triana… pero para bailar me quedo con el baile por alegrías, con el cual me identifico mucho por mi personalidad y disfruto muchísimo.

¿Qué momento o qué actuación destacaría dentro de su trayectoria en el flamenco?

—Sobre todo me gustaría destacar mi participación en los festivales flamencos con más solera y más relevancia a nivel regional, como han sido la XXII Noche Flamenca de Zambra, homenaje Calixto Sánchez, junto a Mayte Martín y El Cabrero, en 2014; la XXXIX Besana Flamenca de Porcuna, donde pude compartir cartel con José Mercé y Argentina; y en el Centro Cultural Fostorito, Posada de Potro de Córdoba, donde tuve la oportunidad de ofrecer un espectáculo propio el año pasado.

También el XXXIII Gazpacho Flamenco de Andújar, junto al Manuel Moreno "El Pele" y David Palomar. Tampoco olvidaré cada uno de los Samorejos Flamencos de Baena, el último junto a Marina Heredia, en los que siempre he intentado aportar y sorprender con algo nuevo y donde siempre he recibido gran apoyo de mi gente.

—¿Qué siente Belén Ariza cuando se sube a un escenario? ¿Cuál es su mayor reto?

—Pues muchos nervios, mucho respeto y mucha responsabilidad, pero intento disfrutar al máximo de la oportunidad que tengo y hacerlo cada vez mejor. Tengo la suerte de rodearme de muy buena gente y grandes artistas en el escenario. Mis músicos que llevan años acompañándome y de los que aprendo siempre me entienden y me respetan y se crea un clima y un ambiente que se transmite y me hacen sentir diferente.

Últimamente me gusta probar y dejar siempre unos momentos para la improvisación donde buscar cosas nuevas que solo en un escenario pueden aflorar. Mi reto es aportar algo distinto en cada actuación, sin perder mi forma característica y personal de bailar. Superarme siempre, seguir aprendiendo y hacer disfrutar a todos aquellos que me vean bailar.

CARLOS VALENTÍN BERNAL / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍAS: TONI BLANCO 


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