Tres de cada cuatro personas con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) en España no están diagnosticadas. Por tanto, se trata pues de una patología “muy infradiagnosticada, pese a su alta prevalencia y pese a los avances terapéuticos de los últimos años”, según ha destacado el jefe del Servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Córdoba, el doctor Luis Manuel Entrenas.
El doctor Entrenas ha señalado que esta realidad “frena el inicio temprano del tratamiento y acelera el deterioro de la función pulmonar”. La EPOC afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, siendo la cuarta causa de muerte tras las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y las infecciosas, y responsable de cerca de tres millones de fallecimientos al año.
Aunque el tabaquismo sigue siendo el principal origen —relacionado con más del 90 por ciento de los casos—, cada vez se identifican más diagnósticos en personas no fumadoras, expuestas a contaminación ambiental, humo de biomasa o factores laborales.
Así, el incremento de casos en personas que nunca han fumado nos recuerda que debemos desterrar la idea de que la EPOC es exclusiva de fumadores. Ante cualquier síntoma respiratorio persistente, “es esencial consultar con un especialista y estudiar cada caso de forma individualizada”, ha afirmado el doctor Entrenas.
Por tanto, el infradiagnóstico continúa siendo uno de los principales desafíos. En España, la prevalencia de EPOC en mayores de 40 años se sitúa en torno al 12 por ciento, siendo más frecuente en hombres, aunque las mujeres suelen llegar más tarde a la consulta y con síntomas más avanzados. Se estima que alrededor del 40 por ciento de las personas fumadoras desarrollará la enfermedad.
El doctor Entrenas ha incidido en la necesidad de realizar espirometrías en personas con factores de riesgo o síntomas persistentes. “La espirometría debería considerarse un marcador de salud general en todas las etapas de la vida. Es imprescindible para diagnosticar la enfermedad en fases iniciales y aplicar tratamientos que frenen su progresión”.
La EPOC, que es una enfermedad prevenible y tratable, puede causar disnea, tos crónica y expectoración, síntomas que limitan de forma significativa la vida diaria. El especialista ha recordado que la incidencia seguirá aumentando debido al envejecimiento de la población y a la exposición continuada a contaminantes. Además del tratamiento farmacológico, el manejo de la EPOC requiere una estrategia global que incluya rehabilitación pulmonar, ejercicio físico regular, vacunación, autocuidados y seguimiento clínico periódico.
Dejar de fumar es, en cualquier caso, la medida más eficaz para retrasar la progresión de la enfermedad. “Los beneficios del abandono del tabaco son visibles en pocas semanas: mejoran los síntomas respiratorios, disminuye el riesgo de hospitalizaciones y aumenta la calidad de vida”, ha subrayado el doctor Entrenas. El especialista ha asegurado que el diagnóstico temprano marca el futuro de la enfermedad, por lo que recomienda que las personas fumadoras comiencen a revisar su función pulmonar a partir de los 35 años.
Los últimos años han supuesto un punto de inflexión en el manejo de la EPOC. La investigación ha permitido desarrollar nuevos tratamientos dirigidos a subtipos concretos de la enfermedad, como la EPOC eosinofílica, que representan una vía prometedora hacia un tratamiento más personalizado y efectivo.
“Estamos asistiendo a un cambio de paradigma: la EPOC ya no solo se trata, se personaliza. Los avances en los tratamientos abren nuevas perspectivas para pacientes seleccionados, mientras que los inhaladores de nueva generación permiten un tratamiento más respetuoso con el medio ambiente”, ha concluido el especialista.
El doctor Entrenas ha señalado que esta realidad “frena el inicio temprano del tratamiento y acelera el deterioro de la función pulmonar”. La EPOC afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, siendo la cuarta causa de muerte tras las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y las infecciosas, y responsable de cerca de tres millones de fallecimientos al año.
Aunque el tabaquismo sigue siendo el principal origen —relacionado con más del 90 por ciento de los casos—, cada vez se identifican más diagnósticos en personas no fumadoras, expuestas a contaminación ambiental, humo de biomasa o factores laborales.
Así, el incremento de casos en personas que nunca han fumado nos recuerda que debemos desterrar la idea de que la EPOC es exclusiva de fumadores. Ante cualquier síntoma respiratorio persistente, “es esencial consultar con un especialista y estudiar cada caso de forma individualizada”, ha afirmado el doctor Entrenas.
Por tanto, el infradiagnóstico continúa siendo uno de los principales desafíos. En España, la prevalencia de EPOC en mayores de 40 años se sitúa en torno al 12 por ciento, siendo más frecuente en hombres, aunque las mujeres suelen llegar más tarde a la consulta y con síntomas más avanzados. Se estima que alrededor del 40 por ciento de las personas fumadoras desarrollará la enfermedad.
El doctor Entrenas ha incidido en la necesidad de realizar espirometrías en personas con factores de riesgo o síntomas persistentes. “La espirometría debería considerarse un marcador de salud general en todas las etapas de la vida. Es imprescindible para diagnosticar la enfermedad en fases iniciales y aplicar tratamientos que frenen su progresión”.
Enfermedad prevenible
La EPOC, que es una enfermedad prevenible y tratable, puede causar disnea, tos crónica y expectoración, síntomas que limitan de forma significativa la vida diaria. El especialista ha recordado que la incidencia seguirá aumentando debido al envejecimiento de la población y a la exposición continuada a contaminantes. Además del tratamiento farmacológico, el manejo de la EPOC requiere una estrategia global que incluya rehabilitación pulmonar, ejercicio físico regular, vacunación, autocuidados y seguimiento clínico periódico.
Dejar de fumar es, en cualquier caso, la medida más eficaz para retrasar la progresión de la enfermedad. “Los beneficios del abandono del tabaco son visibles en pocas semanas: mejoran los síntomas respiratorios, disminuye el riesgo de hospitalizaciones y aumenta la calidad de vida”, ha subrayado el doctor Entrenas. El especialista ha asegurado que el diagnóstico temprano marca el futuro de la enfermedad, por lo que recomienda que las personas fumadoras comiencen a revisar su función pulmonar a partir de los 35 años.
Nuevos tratamientos
Los últimos años han supuesto un punto de inflexión en el manejo de la EPOC. La investigación ha permitido desarrollar nuevos tratamientos dirigidos a subtipos concretos de la enfermedad, como la EPOC eosinofílica, que representan una vía prometedora hacia un tratamiento más personalizado y efectivo.
“Estamos asistiendo a un cambio de paradigma: la EPOC ya no solo se trata, se personaliza. Los avances en los tratamientos abren nuevas perspectivas para pacientes seleccionados, mientras que los inhaladores de nueva generación permiten un tratamiento más respetuoso con el medio ambiente”, ha concluido el especialista.
REDACCIÓN / ANDALUCÍA DIGITAL
FOTOGRAFÍA: HOSPITAL QUIRÓNSALUD CÓRDOBA
FOTOGRAFÍA: HOSPITAL QUIRÓNSALUD CÓRDOBA






























