Una de las modalidades de familia que estudié partir de los dibujos de los escolares y que aparece en el libro El dibujo de la familia es aquella que cuenta con numerosa descendencia, por lo que recibe la denominación tradicional de "familia numerosa".
La definición que podemos dar actualmente para el caso de España es inicialmente sencilla, en el sentido de que, de modo general, la forman uno o los dos progenitores y tres hijos o cuatro hijos. También se contempla la especial, que son las que tienen cinco o más hijos.
Pero este punto de partida para ambos casos hay que matizarlo por las diferentes situaciones que modifican el número de miembros contemplados. De este modo, también se consideran familias numerosas las siguientes: cuando un hijo o una hija es discapacitado, lo que le impide trabajar, por lo que computa como dos, en cualquiera de las categorías indicadas. Una exigencia que da lugar a la reducción de la familia numerosa a dos hijos se produce cuando uno de los cónyuges fallece, configurándose, a partir de un hecho luctuoso, una familia monoparental.
Conviene, pues, conocer algunos de los cambios que se han producido a lo largo de la segunda mitad del siglo pasado y de las décadas del presente para entender cómo lo que era entonces un modelo de familia bastante habitual se ha transformado en algo minoritario, ya que ahora la tasa de natalidad en nuestro país se sitúa alrededor de 1,2 por mujer, muy lejos de la cifra de 2,8 que se daba en la década de los setenta del siglo pasado.
Pero esta reducción de los miembros de la familia nuclear tiene unas razones sociales que no pueden obviarse si se desea entender el hecho de que actualmente dentro de las familias jóvenes predominen aquellas que tienen uno o dos hijos.
Un factor determinante, aceptado por los sociólogos, ha sido la incorporación amplia de la mujer al trabajo asalariado, de modo que sus aspiraciones laborales coindicen con las que tienen los varones, en el sentido de que ellas también desean realizarse como personas a través de una profesión que coincida con sus capacidades e inclinaciones personales. Esto ha supuesto un criterio de igualdad entre los géneros que, tiempo atrás, no estaba tan claro y tan afianzado socialmente.
Esta incorporación femenina al mundo del trabajo, fuera del que se realiza en el hogar, ha modificado los roles, puesto que no solo afecta al número de hijos que se desea tener, sino que también ha generado un problema que incide en la dinámica familiar y, más aún, en la de las familias numerosas. Se trata de la conciliación familiar, en el sentido de que hay que tener presente el problema que surge cuando ambos progenitores trabajan fuera del hogar, con horarios que se les hace muy difícil llevar adelante sus funciones de responsabilidad en la crianza y el cuidado de sus hijos e hijas.
El descenso de la natalidad también se debe a la extensión de los métodos anticonceptivos y al hecho de que en la pareja se desea tener aseguradas las condiciones económicas y laborales, de forma que se aplaza la maternidad y la paternidad hasta estar seguros de que ambos podrán afrontar la crianza de un hijo sin que sea una carga.
Las condiciones sociales, culturales y laborales han sido decisivas en la reducción del número de hijos, por lo que, tal como se ha apuntado, también el número de familias numerosas se ha visto aminorado en las sociedades occidentales y en las orientales desarrolladas económicamente.
Puesto que las investigaciones que desarrollo se llevan a cabo a partir de los dibujos de los escolares, quiero indicar que un análisis riguroso de los que pertenecen a familias numerosas tiene que incluir el número de miembros que las configuran; el orden de nacimiento; el sexo de los hermanos, puesto que, como hemos visto, todavía existen ciertas diferencias de comportamiento de los padres en función del género, etcétera. Para que veamos dos modelos muy distintos de familias numerosas, he seleccionado dos dibujos del archivo, de este modo, comprendemos cómo sus autores entienden a sus propias familias.
En este primer caso, he acudido al dibujo de una niña de 8 años que representa a sus padres, a ella y sus dos hermanos, lo que se corresponde con el nivel más extendido de familia numerosa. La lámina la divide en dos partes: en la superior están los cinco miembros; mientras que, en la inferior, escribe su nombre con gran tamaño. Ella es la más pequeña de los tres hermanos. No obstante, al comenzar a dibujar al grupo por ella misma; estar en el centro del grupo y escribir su nombre a gran tamaño, indirectamente, nos expresa su alto grado de autoestima.
En este segundo dibujo nos encontramos con una familia numerosa que, desde el punto de vista legislativo, entra dentro de la denominada especial, ya que está compuesta por los padres y ocho hijos: tres chicas y cinco varones. La autora, la más pequeña de todos, comienza en la izquierda por el trazado de sus padres, para, a continuación, ir dibujando al resto de hermanos y hermanas por orden de edades, de mayor a menor. Desde el punto de vista gráfico, apenas expresa la relación emocional con sus padres y con el resto de los hermanos; solamente a los padres los muestra con cierta afectividad al trazarlos cogidos de la mano.
Este tipo de familia en la actualidad es bastante excepcional. Tal como me indicó el profesor de la clase, la familia pertenecía a un grupo religioso de carácter integrista que promovía la natalidad, de manera que para ellos el tener mucha descendencia era uno de los valores esenciales de la comunidad a la que pertenecían los padres.
La definición que podemos dar actualmente para el caso de España es inicialmente sencilla, en el sentido de que, de modo general, la forman uno o los dos progenitores y tres hijos o cuatro hijos. También se contempla la especial, que son las que tienen cinco o más hijos.
Pero este punto de partida para ambos casos hay que matizarlo por las diferentes situaciones que modifican el número de miembros contemplados. De este modo, también se consideran familias numerosas las siguientes: cuando un hijo o una hija es discapacitado, lo que le impide trabajar, por lo que computa como dos, en cualquiera de las categorías indicadas. Una exigencia que da lugar a la reducción de la familia numerosa a dos hijos se produce cuando uno de los cónyuges fallece, configurándose, a partir de un hecho luctuoso, una familia monoparental.
Conviene, pues, conocer algunos de los cambios que se han producido a lo largo de la segunda mitad del siglo pasado y de las décadas del presente para entender cómo lo que era entonces un modelo de familia bastante habitual se ha transformado en algo minoritario, ya que ahora la tasa de natalidad en nuestro país se sitúa alrededor de 1,2 por mujer, muy lejos de la cifra de 2,8 que se daba en la década de los setenta del siglo pasado.

Pero esta reducción de los miembros de la familia nuclear tiene unas razones sociales que no pueden obviarse si se desea entender el hecho de que actualmente dentro de las familias jóvenes predominen aquellas que tienen uno o dos hijos.
Un factor determinante, aceptado por los sociólogos, ha sido la incorporación amplia de la mujer al trabajo asalariado, de modo que sus aspiraciones laborales coindicen con las que tienen los varones, en el sentido de que ellas también desean realizarse como personas a través de una profesión que coincida con sus capacidades e inclinaciones personales. Esto ha supuesto un criterio de igualdad entre los géneros que, tiempo atrás, no estaba tan claro y tan afianzado socialmente.
Esta incorporación femenina al mundo del trabajo, fuera del que se realiza en el hogar, ha modificado los roles, puesto que no solo afecta al número de hijos que se desea tener, sino que también ha generado un problema que incide en la dinámica familiar y, más aún, en la de las familias numerosas. Se trata de la conciliación familiar, en el sentido de que hay que tener presente el problema que surge cuando ambos progenitores trabajan fuera del hogar, con horarios que se les hace muy difícil llevar adelante sus funciones de responsabilidad en la crianza y el cuidado de sus hijos e hijas.

El descenso de la natalidad también se debe a la extensión de los métodos anticonceptivos y al hecho de que en la pareja se desea tener aseguradas las condiciones económicas y laborales, de forma que se aplaza la maternidad y la paternidad hasta estar seguros de que ambos podrán afrontar la crianza de un hijo sin que sea una carga.
Las condiciones sociales, culturales y laborales han sido decisivas en la reducción del número de hijos, por lo que, tal como se ha apuntado, también el número de familias numerosas se ha visto aminorado en las sociedades occidentales y en las orientales desarrolladas económicamente.
Puesto que las investigaciones que desarrollo se llevan a cabo a partir de los dibujos de los escolares, quiero indicar que un análisis riguroso de los que pertenecen a familias numerosas tiene que incluir el número de miembros que las configuran; el orden de nacimiento; el sexo de los hermanos, puesto que, como hemos visto, todavía existen ciertas diferencias de comportamiento de los padres en función del género, etcétera. Para que veamos dos modelos muy distintos de familias numerosas, he seleccionado dos dibujos del archivo, de este modo, comprendemos cómo sus autores entienden a sus propias familias.
En este primer caso, he acudido al dibujo de una niña de 8 años que representa a sus padres, a ella y sus dos hermanos, lo que se corresponde con el nivel más extendido de familia numerosa. La lámina la divide en dos partes: en la superior están los cinco miembros; mientras que, en la inferior, escribe su nombre con gran tamaño. Ella es la más pequeña de los tres hermanos. No obstante, al comenzar a dibujar al grupo por ella misma; estar en el centro del grupo y escribir su nombre a gran tamaño, indirectamente, nos expresa su alto grado de autoestima.
En este segundo dibujo nos encontramos con una familia numerosa que, desde el punto de vista legislativo, entra dentro de la denominada especial, ya que está compuesta por los padres y ocho hijos: tres chicas y cinco varones. La autora, la más pequeña de todos, comienza en la izquierda por el trazado de sus padres, para, a continuación, ir dibujando al resto de hermanos y hermanas por orden de edades, de mayor a menor. Desde el punto de vista gráfico, apenas expresa la relación emocional con sus padres y con el resto de los hermanos; solamente a los padres los muestra con cierta afectividad al trazarlos cogidos de la mano.
Este tipo de familia en la actualidad es bastante excepcional. Tal como me indicó el profesor de la clase, la familia pertenecía a un grupo religioso de carácter integrista que promovía la natalidad, de manera que para ellos el tener mucha descendencia era uno de los valores esenciales de la comunidad a la que pertenecían los padres.
AURELIANO SÁINZ
FOTOGRAFÍA: DEPOSITPHOTOS.COM
FOTOGRAFÍA: DEPOSITPHOTOS.COM

