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¿Accidente o asesinato?

Hace unos días se cumplieron 18 años de la muerte de Lady Di. Los enigmas sobre si fue asesinada o murió en un accidente involuntario siguen en aire. A continuación recojo los diez elementos que permiten sospechar la existencia de una conspiración. El 31 de agosto de 1997, Lady Di, una de las princesas más queridas de la historia, perdía la vida cuando circulaba en coche a gran velocidad por París con su novio, Dodi Al Fayed, intentando evitar la persecución de los paparazzi.



Se había separado del príncipe Carlos y había comenzado una vida de apoyo a causas como la prohibición de las minas antipersona, que le granjearon el odio de muchos países y poderosos. Para colmo, se relacionaba sentimentalmente con musulmanes, algo aborrecido por la monarquía inglesa. Se había convertido en un estorbo, pero un estorbo aplaudido y respaldado por millones de personas en todo el mundo. Su muerte está plagada de enigmas.

1. Fue una conspiración de la familia real británica. La reina Isabel II nunca quiso que se divorciara de su hijo Carlos, que la engañó con otra desde el primer día. Eso no fue lo peor: se convirtió en una persona querida y admirada que eclipsaba la popularidad de cualquier otro miembro de la familia.

Dirigido por el duque de Edimburgo, esposo de la reina, y ejecutado por el servicio secreto inglés, la sometieron a un control integral de 24 horas. Documentos conocidos de la red de espionaje por satélites Echelon prueban una vigilancia sobre ella el mismo día de su muerte cuando estaba en un barco en alta mar con Dodi Al Fayed, por lo que sabían que iba a viajar a París. Isabel II podía aguantar muchas cosas, pero no que se quedara embarazada de un árabe y su nieto reinara algún día teniendo un hermano musulmán.

Se ha hablado de la existencia del “Comité 300”, del que formaría parte la reina con miembros destacados de empresas, organizaciones internacionales y familias como los Rockefeller y Bush, que actúan secretamente en defensa de sus intereses y que estaban muy molestos con la princesa.

2. Lady Di anunció la forma en que Carlos quería matarla. El mayordomo y hombre de confianza de Lady Di, Paul Burrel, dio a conocer una carta tras su muerte en la que alertaba de lo que le podía pasar: “Mi marido planea un accidente de automóvil, un fallo de los frenos o heridas craneales porque así tendría vía libre para casarse”.

3. Embalsamada precipitadamente. Las horas posteriores al fallecimiento fueron de cierto caos. Hay que tomar decisiones que muchas veces son controvertidas y es el momento para manipular u ocultar pruebas. Lo más polémico fue, sin duda, la decisión de la patóloga Dominique Lecomte de embalsamar el cuerpo de la princesa, tras la realización de la autopsia, la misma noche del accidente, con lo que se contaminaron las pruebas de cara a una posterior investigación.

4. Embarazada y boda próxima. Uno de los motivos que pudo llevar al asesinato fue el embarazo de la princesa, algo que los análisis oficiales desmintieron. Un hijo que no sería de Dodi Al Fayed sino de su anterior novio, el hombre por el que estuvo dispuesta a abandonarlo todo, el cirujano musulmán Hasnat Khan, de cuya relación se ha filmado una película.

Lady Di pretendía contraer matrimonio con Dodi Al Fayed, hijo de Mohamed, dueño de los almacenes Harrods y uno de los árabes más influentes en Gran Bretaña, mal visto por la reina Isabel II, a quien esa relación amorosa le ponía de los nervios porque perjudicaba la imagen de sus nietos e hijos de Diana.

5. La clave: el conductor borracho. Los fotógrafos que persiguieron el Mercedes donde iba Lady Di eran paparazzi avezados, que conducían sus motos a gran velocidad. El chófer Henri Paul aceleró a tope para darles esquinazo, pero en el túnel se le fue el control del coche y se estrelló. El análisis de su sangre mostró que había bebido tres veces más alcohol del permitido, es decir, iba borracho.

A eso se atuvieron los investigadores para explicar el accidente: la responsabilidad fue suya. Sus padres lo negaron y defendieron que las muestras habían sido cambiadas en el hospital “quizás por mala voluntad”. La denuncia llevó a repetir la prueba comparando el ADN de los padres con el de Henri y se excluyó el cambio de muestras.

6. Presencia extraña del Mossad. La historia de Henri Paul es complicada. Dos meses antes del accidente fue contactado por un agente del Mossad enviado especialmente a París para captarle. Oficialmente necesitaban un informador en el Ritz, propiedad de Mohamed Al Fayed, en el que se hospedaban muchos adinerados e influyentes árabes. A Henri Paul le querían para muchas cosas, una de las cuales era alertar sobre las visitas de personajes influyentes. ¿Participó de alguna forma el Mossad en la muerte de Diana?

7. Un fallo inducido en los frenos. Un libro de un investigador ruso, Guennady Sokolov, aporta una visión técnica de lo que pudo pasar, inspirada por el espionaje soviético: agentes británicos desconectaron el sistema de frenos del vehículo, utilizando un sistema sofisticado al alcance solo de los más importantes servicios de inteligencia.

8. Un tirador del ejército británico. Hace un año, los exsuegros de un soldado británico perteneciente a una unidad de élite del ejército, los SAS, desvelaron que le había contado a su hija que su unidad había orquestado el asesinato de Lady Di. Aportaron una carta como prueba y Scotland Yard investigó, desestimando la teoría. Un tirador profesional podría haber disparado una escopeta láser que molestara la conducción del chófer.

9. El único superviviente del accidente pierde la memoria. El día del fallecimiento, Lady Di y su novio cenaron en el hotel Ritz de París. Había un nutrido grupo de fotógrafos esperándoles, por lo que acompañados de su chófer, Henri Paul, y de su guardaespaldas, Trevor Rees-Jones, se subieron a un Mercedes S280 e intentaron despistarlos.

Un rato después se estrellaron contra uno de los pilares del túnel del Alma. Solo sobrevivió el escolta, que declaró no recordar lo que había pasado. Una falta de memoria que muchos consideran sospechosa, como si quisiera evitar meterse en líos.

10. “No hay pruebas ni las habrá”. La frase es de Felipe González a raíz del caso GAL, pero sirve perfectamente para este asunto. Al margen de que fuera un accidente o no, lo que está claro es que hubo una conspiración contra Diana,. La “Operación Paget”, como se denomina a la larga investigación llevada a cabo en Gran Bretaña sobre la muerte, llegó a la conclusión de que no existían pruebas de que hubiera sido un asesinato.

Por su parte, la investigación francesa llegó a la conclusión de que la causa fue el exceso de alcohol del conductor. El misterio seguirá eternamente, como en el caso de John F. Kennedy. Porque motivos para dudar, hay. Y muchos.

FERNANDO RUEDA
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