Durante la noche del viernes se celebraba en la residencia de ancianos de San Francisco el segundo Picaillo Solidario. Fue gracias a la iniciativa de la Segunda Cuadrilla de Hermanos de Jesús, Andas y Palio, perteneciente a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que procesiona en la madrugada del Viernes Santo baenense.
Gracias al éxito obtenido en su primera edición, los organizadores han querido volver a compartir un día de convivencia con cofrades y el pueblo de Baena en general. Su intención era superar los 400 euros recaudados el año pasado, un dinero que irá destinado a las moradoras del Convento de San Francisco, las hermanitas de los ancianos desamparados.
Más de 30 kilos de tomates, cinco de cebolla y otros tantos de pimiento, todos criados en la huerta del convento, sirvieron para realizar ese Picaillo Solidario, que se acompañó de las clásicas tapas de queso y jamón junto a los montaditos de lomo con el fin de realizar una noche de convivencia con los ancianos del asilo y demostrar una vez más la solidaridad de los baenenses.
El cuadrillero, Francisco Montilla, quiso agradecer la colaboración de algunas empresas de la localidad y dio a conocer que con esta actividad se recupera una tradición perdida en el tiempo, ya que todos los cristianos que visitaban el convento en la jornada de cada 2 de agosto recibían indulgencia plenaria.
Montilla dio a conocer a Baena Digital que la cuadrilla se encuentra inmersa en la organización del ya tradicional Yo me llamo Jesús, que en esta ocasión alcanzará su décimo segunda edición. Asimismo, para la próxima primavera trabajan en una nueva iniciativa, la de recuperar la vieja fiesta de la Pascua de las lechugas.
Gracias al éxito obtenido en su primera edición, los organizadores han querido volver a compartir un día de convivencia con cofrades y el pueblo de Baena en general. Su intención era superar los 400 euros recaudados el año pasado, un dinero que irá destinado a las moradoras del Convento de San Francisco, las hermanitas de los ancianos desamparados.
Más de 30 kilos de tomates, cinco de cebolla y otros tantos de pimiento, todos criados en la huerta del convento, sirvieron para realizar ese Picaillo Solidario, que se acompañó de las clásicas tapas de queso y jamón junto a los montaditos de lomo con el fin de realizar una noche de convivencia con los ancianos del asilo y demostrar una vez más la solidaridad de los baenenses.
El cuadrillero, Francisco Montilla, quiso agradecer la colaboración de algunas empresas de la localidad y dio a conocer que con esta actividad se recupera una tradición perdida en el tiempo, ya que todos los cristianos que visitaban el convento en la jornada de cada 2 de agosto recibían indulgencia plenaria.
Montilla dio a conocer a Baena Digital que la cuadrilla se encuentra inmersa en la organización del ya tradicional Yo me llamo Jesús, que en esta ocasión alcanzará su décimo segunda edición. Asimismo, para la próxima primavera trabajan en una nueva iniciativa, la de recuperar la vieja fiesta de la Pascua de las lechugas.
REDACCIÓN / BAENA DIGITAL