El pregón de Semana Santa simboliza todos los años la antesala de los días grandes para los baenenses. Mañana, a partir de las 12.00 en el Teatro Liceo, el cuadrillero de la hermandad de Jesús del Prendimiento, Vicente Mejías, intentará mostrar un sentimiento: "si tú amas algo lo cuidas. Tenemos que aprender a amar, cuidar y mimar lo que es nuestro. Ese es uno de los mensajes que yo quiero transmitir".
— ¿Qué sintió cuando le propusieron realizar el pregón de la Semana Santa de Baena?
Sentí por un lado en primer lugar una gran responsabilidad porque después de los últimos pregoneros y pregoneras que ha tenido nuestra Semana Santa el acontecimiento requiere de un trabajo, de unos conocimientos y de una gran responsabilidad, pero también de una expresividad, de una puesta en escena muy complicada que no sabría hasta que punto podría serlo. Me sentí con una gran responsabilidad pero con una gran alegría.
— ¿Está todo dicho de la Semana Santa?
Está casi todo dicho pero si me preguntas que si voy a decir alguna novedad que alguien no conozca pues no sé. Supongo que no. Lo que sí es verdad es que no está todo dicho de la misma manera y yo creo que el pregón que voy dar mañana quizás se pueda diferenciar en algunos aspectos con los pregoneros que me han precedido. Yo no soy ningún investigador, ni ningún historiador que pueda escudriñar en antiguos legajos para dar una noticia novedosa. Tampoco considero que eso sea una cosa fundamental para un pregón. Pregonar para mí es exaltar, clamar, vitorear. Y yo voy por ahí. Mi pregón va a ser muy sentido y creo que irá en ese sentido también.
— ¿Qué es para Vicente Mejías la Semana Santa de Baena?
Para mí es una tradición familiar, pues la viví en casa desde muy pequeño. Los recuerdos más lejanos que tengo tendría yo unos tres años, jamás me he perdido una Semana Santa. Es un momento entrañable, ahora que mi padre me falta son momentos también de recuerdos. Me acuerdo mucho de él pero también es verdad que después de tantísimo tiempo uno se siente un poco cansado, no de la Semana Santa pero sí de la responsabilidad que entraña que cada vez es mayor y la verdad es que también uno necesita vivir nuestra fiesta desde otro punto de vista, no desde la responsabilidad que un cargo conlleva. A mí ya me va gustando la idea de pasar un Jueves Santo con mi familia, pasear viendo nuestros tambores, disfrutando del ambiente y de todas esas cosas que yo no he podido disfrutar porque he disfrutado de otras.
— ¿Ha tenido Vicente Mejías muchos problemas en la Semana Santa?
Sí, claro, de todo tipo. El último problema grande fue un auténtico milagro. El primer año que nosotros sacamos las andas a hombros en la penúltima parada entrando a Santa Marina, ya a unos cinco metros me di cuenta de que una de las patas estaba a punto de caerse. Me di cuenta de milagro y tuvimos que entrar el paso más que a la carrera para que no sucediese ninguna catástrofe.
Recuerdo también una vez que asumí la responsabilidad de preparar el paso. Siempre nos quedábamos sin luz al llegar al Paseo: cortocircuitos y problemas con la iluminación. Luego se solucionó volviendo a colocar las tradicionales velas de toda la vida.
Recuerdo cuando me hice cargo de la hermandad del Prendimiento. Iba a Cabra con Antonio Garvín a por los claveles el mismo Miércoles Santo, con el riesgo que aquello conllevaba. Uno de los años hubo mal tiempo y nos encontramos con todos los claveles cerrados y tuvimos que estar toda la noche abriendo claveles para que pudieran lucir en el paso con todo su esplendor. Estos solo son algunos de los muchos problemas que me he encontrado pero hoy día los recuerdo como meras anécdotas que quedarán para la historia de la hermandad, de mi hermandad.
— ¿Qué momentos son los que guardas con más cariño de todos los vividos en la Semana Santa?
Si te digo la verdad no lo sé, pero quizás recuerdo con más cariño el año que estaba haciendo la mili y me escapé del cuartel, estaba en Madrid destinado y tenía permiso para el Viernes Santo pero me iba a perder la procesión del jueves. Apenas había gente en el cuartel y a un amigo que le propuse quedarse de cabo cuartel, me dijo que sí. Le dí los galones y me vine para Baena. No quiero ni pensar la que me podía haber caído si aquello hubiera trascendido. Conseguí llegar a Baena para sacar la procesión del Jueves Santo y acompañar a Jesús del Prendimiento en su estación de penitencia.
También vivo con gran intensidad y me emociono bastante en el acto del prendimiento, quizás porque haya sido una idea que he desarrollado a lo largo de los años y la estoy viendo que va cuajando poco a poco y asentándose. Son para mí momentos muy entrañables.
— ¿Cómo ha vivido Vicente Mejías esta Cuaresma desde el punto de vista de pregonero?
Muy bien, la gente me pregunta que si estoy nervioso, aunque no es así. La he vivido pensando en el pregón todos los detalles. Esta Cuaresma he estado corrigiendo, leyendo, ultimando todos los preparativos y hablando con la gente. He estado viviendo el pregón que tengo escrito con la gente aunque no les puedo decir a nadie el contenido del mismo. Me han arrancado muchas risas mis amigos y compañeros con los que he hablado del tema. También la estoy viviendo preocupándome de mi hermandad, pues entraña en mí una gran responsabilidad el ser cuadrillero. Pero en definitiva está siendo un poco especial y un poco diferente.
— De todos los actos vividos tras su presentación como pregonero de la Semana Santa, ¿Con cuál se queda?
Pues me quedo con la conferencia que ofreció Amigo Vallejo, el Arzobispo Emérito de Sevilla, porque estuvo hablando cosas de muchísimo sentimiento y me vi reflejado en muchas de ellas en cuanto a lo que tengo escrito. Hablaba de muchas cosas que yo voy a reflejar también aunque de una manera distinta. En cualquier caso destaco el momento de mi presentación como pregonero por dos razones, la primera porque sentí un alivio, ya que me tiré tiempo sin poder contar la alegría de ser pregonero hasta que la Agrupación de Cofradías no lo presenta. Y la otra la intervención que tuve en el presbiterio de Guadalupe, ya que para mí fue muy emotiva porque quise decir exactamente lo que dije. Quería agradecer cosas, y pedir a Nuestro Padre Jesús del Prendimiento su ayuda para poder terminar el pregón. He escrito lo que he querido y como he querido, me ha salido como yo he pensado.
— ¿Aportó Amigo Vallejo algo en su intervención que te hiciera modificar alguna parte del pregón?
No, pero sí dijo muchas cosas en las que me vi reflejado, teníamos paralelismos en algunas cosas. En cuanto a los sentimientos y a los valores cristianos que uno debe transmitir. Vi mi pregón reflejado en sus palabras y vi que iba en la línea de lo que este quiso mostrar a Baena.
— Una vez terminado el pregón, ¿con que ánimos llega a las tablas del Liceo?
Voy muy contento y muy feliz porque cuando uno hace un trabajo para los demás no se culmina hasta que los demás no lo reciben. Será ese momento cuando suba a las tablas del Teatro Liceo y pueda sentir el cariño de la familia, el de los amigos, el de los cofrades y del pueblo de Baena si es que así lo merezco. Es cuando me sentiré más feliz, con la satisfacción del deber y del trabajo cumplido.
— A un pregón se le pide que emocione, que mueva al público de su butaca. ¿Cree que el suyo lo conseguirá?
Si emocionas mueves al público de sus butacas, evidentemente para mí un pregón es emoción, es sentimiento, tiene que llegar al corazón, tiene que erizar la piel. Si no lo consigues será un gran pregón también pero no será el pregón que yo pienso que debe de ser pregón.
— ¿Cómo valora el pregón realizado por Julio Garrido en la pasada Exaltación del Judío?
Fue un pregón muy trabajado, muy estudiado, distinto totalmente al que yo he pensado para la Semana Santa pero desde luego fue muy ilustrativo. Fue una lección magistral de lo que son nuestros ancestros, de lo que es el judío como figura predominante de nuestra Semana Santa en la proyección de lo que es nuestra fiesta. El pregón que hizo Julio Garrido fue un pregón muy interesante.
— ¿Será un pregón en prosa o en verso? ¿Está dedicado a alguien en especial?
Ambos, conjugaré la prosa y el verso en el mismo y se lo he dedicado a mi padre. Voy a tratar de compaginar diversos estilos literarios, prosa, narrativa, epistolar, poética, audiovisual y musical durante la intervención. Pretendo mostrar la variedad de estilos para procurar también que el público esté más distendido y no se centre en un solo tema.
— De los pregones que se han realizado hasta ahora, ¿Con cuál se queda y cuál es el que más se ajusta al suyo?
Yo he leído y he escuchado bastantes pregones. Me quedo con un trocito de cada uno de ellos. Por ejemplo Julio Garrido me gustó mucho cuando habló de los silencios, Paco Tovar puso un sentimiento profundo e innegable de muchísimo valor. Lola Cristina hizo una interpretación fantástica de su pregón llena de sentimiento. Javi Rojano por las especiales circunstancias que se dieron en ese momento conmigo, fue un pregón que me llegó muchísimo, me impresionó bastante por diferentes circunstancias que se dieron en ese momento conmigo. Había muerto su madre, había muerto mi padre, mi hermano estaba intentando superar su enfermedad y me impresionó muchísimo. Elena hizo un pregón muy bien escrito, con muchísima técnica. A mí me cautivó muchísimo su estilo literario y poético. Juan Mariano también me llegó por el recorrido que hizo en algunas cuestiones de la Semana Santa de Baena.
— En Baena sabemos que hay esa rivalidad sana que caracteriza a nuestra Semana Mayor. ¿Será el suyo un pregón más coliblanco que colinegro por aquello de que pertenece a la cola blanca?
La rivalidad de coliblancos o colinegros, para mí no existe, es anecdótica y si me apuras esa rivalidad a mí me ha servido para hacer amigos, para pasarlo bien con la gente. Yo siempre digo yo soy coliblanco purísimo pero eso es para poder hablar con los demás y poder reírme. Tengo unos amigos increíbles en la cola negra y el pregón que yo voy a hacer estoy convencido de que va a ser el pregón de la Semana Santa de Baena, sin distinción de color. Voy a tratar a todas las cofradías con la misma intensidad, con el mismo sentimiento, con la misma fe y sobre todo con la misma admiración. Yo no siento rivalidad ninguna aunque sea coliblanco.
— ¿Le preocupan la crítica y los titulares del día después?
Sinceramente no porque no me pueden preocupar. No es una falsa humildad, ni tampoco un exceso de confianza, simplemente he trabajado en el pregón lo mejor que he podido y he puesto mis cinco sentidos. Le he dedicado muchísimo tiempo y he hecho todo lo posible por realzar la Semana Santa de Baena y desde ese punto de vista mi trabajo para mí es insuperable, no lo puedo hacer mejor y como quien da lo que tiene no se le ha de criticar pues yo estoy convencido de que la gente va a criticar de manera benigna el pregón. La gente de Baena al fin y al cabo es sabia. A unos les podrá gustar más y a otros menos, pero eso es evidente, pasa con todo en la vida.
— Como pregonero de la Semana Santa y activo integrante de la Semana Grande, ¿cómo valora el crecimiento que vivimos en los últimos años?
A mí eso es algo que también me preocupa, siempre comento con algunos cuadrilleros. Me preocupa porque sabemos que si la representáramos en un gráfico en cuanto al sentido de la pregunta que me has hecho la compararíamos con unos dientes de sierra, lo mismo sube que baja. Estamos en un momento en el que estoy observando que algunas hermandades están teniendo dificultades otra vez. Me preocupa ver cómo la gente joven se está apartando de la Semana Santa, prefieren irse a la discoteca. Me preocupa también que cada vez cuesta más trabajo sustituir a los cargos directivos. Nadie quiere hacerse cargo de las hermandades. Nadie quiere responsabilidades.
Para que tú puedas conseguir que alguien te sustituya tienes que convencer a la gente salvo en circunstancias determinadas. Hace poco hablaba con un cuadrillero de judíos precisamente de la cola negra que termina su mandato ahora y no encuentra quien lo sustituya. Es increíble que en estas fechas el cuadrillero que cesa tenga que buscar a alguien para continuar al frente de la cuadrilla. Es preocupante aunque también hay unos niveles de exigencia en Semana Santa que hay que tener mucho cuidado porque si subimos mucho luego eso hay que mantenerlo, porque si no lo mantienes bajas y se produce el diente de sierra.
Nosotros hemos alcanzado unos niveles de popularidad y grandeza procesional que cuesta mucho mantener. Llevamos todas la hermandades a hombro, hemos reformado todas las andas, hemos incluido todo tipo de utensilios en las procesiones, las centurias romanas han incorporado nuevos instrumentos que hay que mantenerlos luego y todo eso cuesta mucho trabajo conseguirlo. El gran reto no es seguir subiendo, sino mantener lo que tenemos. Y si me apuras creo que hemos bajado un poquito porque veo hermandades que están con dificultades, con pocos hermanos, que tienen dificultades para poder salir, veo menos gente en la calle, gente de Baena que en Semana Santa se marcha de vacaciones a otros lugares, viene también menos gente de fuera. Pero todo esto es una apreciación personal mía, evidentemente la crisis económica también habrá tenido algo que ver en todo esto. Todos estos parámetros hacen que vea que estamos en un momento delicado, y tenemos que hacer un esfuerzo para mantener lo alcanzado.
— ¿Qué hoja de ruta hay que seguir para conseguir la declaración de Interés Turístico Internacional?
Apoyo a la Agrupación de Cofradías y al Ayuntamiento en lo que están haciendo para conseguirla. Nosotros no podemos marcar una hoja de ruta, eso lo marca el gobierno central y este tiene marcada su hoja de ruta, no es una cuestión que nosotros podamos modificar. Ellos nos exigen una documentación histórica o administrativa y nosotros la aportamos. Si no es ahora será más adelante pero estoy convencido de que se nos otorgará, porque eso nos beneficia a todos y desde luego Baena merece reconocimiento de Interés Turístico Internacional.
— Se habla a veces despectivamente de las Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor y el Bombo y como sabe las próximas son en nuestra localidad. ¿Qué opinión le merecen?
No he ido nunca a unas jornadas aunque he visto las de Baena. Yo lo que no puedo concebir evidentemente es que una Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor y el Bombo, que son unas jornadas culturales, se conviertan en una bacanal, que la gente beba, se emborrache, vomiten por las calles, hagan sus necesidades donde no deben y eso lo he visto yo en Baena en su última edición. Todo eso nada tiene que ver con las jornadas pero es una realidad, y esa situación no es buena.
Al igual que cuando nosotros vamos a unas jornadas tenemos que llevar nuestra esencia, tenemos que llevar lo que somos, lo que nos identifica y nos caracteriza. Tenemos que proyectar nuestra Semana Santa. ¿Qué haces con un tambor colgaos vestido con otra indumentaria que no te corresponde? ¿Qué hacemos nosotros en Baena importando toques de tambor que en nada nos identifican? Esas cosas hacen que la gente hable mal y dejen a un lado la verdadera esencia de las Jornadas de Exaltación del Tambor y el Bombo que no es nada más y nada menos que otra cosa que la manifestación cultural, porque el tambor es historia y cultura de los pueblos. Debemos erradicar esas cosas y mostrar nuestra verdadera esencia.
— ¿Qué le dicen los cofrades de a pie estos días cercanos al pregón cuando le ven por la calle?
Me desean suerte y me preguntan que si ya lo tengo todo preparado.
— ¿Cómo le gustaría que su pregón fuese recordado?
Pues que hice un pregón en el que puse mucho sentimiento, en el que trate de exaltar los valores cristianos de nuestra Semana Santa y en el que realcé la figura de todas las hermandades. Quiero que digan que fue una exaltación global, en la que no se quedó nadie atrás, sentido y en el que la reflexión y la bondad estuvieron siempre presentes.
— ¿Cómo vivirá Vicente Mejías la Semana Santa este año?
Será igual que siempre, viviré una Semana Santa normal y corriente con mis trabajos de preparación para que todo esté preparado el Jueves Santo cuando llegue la hora de la procesión.
— ¿Qué mensaje transmitiría a los cofrades antes de la Semana Mayor?
Que la Semana Santa de Baena es nuestra, que es una tradición, que la tradición es dar, que es entregar. Que lo que tenemos nos lo han entregado a nosotros como un valor cultural y económico si me apuras, familiar, entrañable y que lo tenemos que mantener y conservar, ya que forma parte de nuestras vidas, de nuestro legado, de nuestra historia. Después de 450 años algo tiene nuestra Semana Santa para que nosotros la queramos tanto y la mantengamos tan bien preocupándonos tanto de ella. Si tú amas algo lo cuidas. Tenemos que aprender a amar, cuidar y mimar lo que es nuestro. Ese es uno de los mensajes que yo quiero transmitir, amar.
— ¿Qué siente Vicente Mejías cuando está cerca del Prendimiento?
Me acuerdo de mi padre porque la quería muchísimo, yo creo que la quería más que yo. ¿Y sabes por qué? Porque era más viejo que yo y una persona cuanto más mayor se hace más ama, más quiere y con el tiempo el amor es muchísimo más puro. Y cuando lo miro me acuerdo mucho de mi padre y de lo que mi padre quería a Nuestro Padre Jesús del Prendimiento y de lo mucho que el Prendimiento también lo quiso a él.
— ¿Qué nos puede adelantar de lo que viviremos mañana?
Pues solamente que habrá una novedad audiovisual, que es una manera de expresar algo, un sentimiento, una situación. Nunca se ha hecho algo así en un pregón.
— ¿Qué sintió cuando le propusieron realizar el pregón de la Semana Santa de Baena?
Sentí por un lado en primer lugar una gran responsabilidad porque después de los últimos pregoneros y pregoneras que ha tenido nuestra Semana Santa el acontecimiento requiere de un trabajo, de unos conocimientos y de una gran responsabilidad, pero también de una expresividad, de una puesta en escena muy complicada que no sabría hasta que punto podría serlo. Me sentí con una gran responsabilidad pero con una gran alegría.
— ¿Está todo dicho de la Semana Santa?
Está casi todo dicho pero si me preguntas que si voy a decir alguna novedad que alguien no conozca pues no sé. Supongo que no. Lo que sí es verdad es que no está todo dicho de la misma manera y yo creo que el pregón que voy dar mañana quizás se pueda diferenciar en algunos aspectos con los pregoneros que me han precedido. Yo no soy ningún investigador, ni ningún historiador que pueda escudriñar en antiguos legajos para dar una noticia novedosa. Tampoco considero que eso sea una cosa fundamental para un pregón. Pregonar para mí es exaltar, clamar, vitorear. Y yo voy por ahí. Mi pregón va a ser muy sentido y creo que irá en ese sentido también.
— ¿Qué es para Vicente Mejías la Semana Santa de Baena?
Para mí es una tradición familiar, pues la viví en casa desde muy pequeño. Los recuerdos más lejanos que tengo tendría yo unos tres años, jamás me he perdido una Semana Santa. Es un momento entrañable, ahora que mi padre me falta son momentos también de recuerdos. Me acuerdo mucho de él pero también es verdad que después de tantísimo tiempo uno se siente un poco cansado, no de la Semana Santa pero sí de la responsabilidad que entraña que cada vez es mayor y la verdad es que también uno necesita vivir nuestra fiesta desde otro punto de vista, no desde la responsabilidad que un cargo conlleva. A mí ya me va gustando la idea de pasar un Jueves Santo con mi familia, pasear viendo nuestros tambores, disfrutando del ambiente y de todas esas cosas que yo no he podido disfrutar porque he disfrutado de otras.
— ¿Ha tenido Vicente Mejías muchos problemas en la Semana Santa?
Sí, claro, de todo tipo. El último problema grande fue un auténtico milagro. El primer año que nosotros sacamos las andas a hombros en la penúltima parada entrando a Santa Marina, ya a unos cinco metros me di cuenta de que una de las patas estaba a punto de caerse. Me di cuenta de milagro y tuvimos que entrar el paso más que a la carrera para que no sucediese ninguna catástrofe.
Recuerdo también una vez que asumí la responsabilidad de preparar el paso. Siempre nos quedábamos sin luz al llegar al Paseo: cortocircuitos y problemas con la iluminación. Luego se solucionó volviendo a colocar las tradicionales velas de toda la vida.
Recuerdo cuando me hice cargo de la hermandad del Prendimiento. Iba a Cabra con Antonio Garvín a por los claveles el mismo Miércoles Santo, con el riesgo que aquello conllevaba. Uno de los años hubo mal tiempo y nos encontramos con todos los claveles cerrados y tuvimos que estar toda la noche abriendo claveles para que pudieran lucir en el paso con todo su esplendor. Estos solo son algunos de los muchos problemas que me he encontrado pero hoy día los recuerdo como meras anécdotas que quedarán para la historia de la hermandad, de mi hermandad.
— ¿Qué momentos son los que guardas con más cariño de todos los vividos en la Semana Santa?
Si te digo la verdad no lo sé, pero quizás recuerdo con más cariño el año que estaba haciendo la mili y me escapé del cuartel, estaba en Madrid destinado y tenía permiso para el Viernes Santo pero me iba a perder la procesión del jueves. Apenas había gente en el cuartel y a un amigo que le propuse quedarse de cabo cuartel, me dijo que sí. Le dí los galones y me vine para Baena. No quiero ni pensar la que me podía haber caído si aquello hubiera trascendido. Conseguí llegar a Baena para sacar la procesión del Jueves Santo y acompañar a Jesús del Prendimiento en su estación de penitencia.
También vivo con gran intensidad y me emociono bastante en el acto del prendimiento, quizás porque haya sido una idea que he desarrollado a lo largo de los años y la estoy viendo que va cuajando poco a poco y asentándose. Son para mí momentos muy entrañables.
— ¿Cómo ha vivido Vicente Mejías esta Cuaresma desde el punto de vista de pregonero?
Muy bien, la gente me pregunta que si estoy nervioso, aunque no es así. La he vivido pensando en el pregón todos los detalles. Esta Cuaresma he estado corrigiendo, leyendo, ultimando todos los preparativos y hablando con la gente. He estado viviendo el pregón que tengo escrito con la gente aunque no les puedo decir a nadie el contenido del mismo. Me han arrancado muchas risas mis amigos y compañeros con los que he hablado del tema. También la estoy viviendo preocupándome de mi hermandad, pues entraña en mí una gran responsabilidad el ser cuadrillero. Pero en definitiva está siendo un poco especial y un poco diferente.
— De todos los actos vividos tras su presentación como pregonero de la Semana Santa, ¿Con cuál se queda?
Pues me quedo con la conferencia que ofreció Amigo Vallejo, el Arzobispo Emérito de Sevilla, porque estuvo hablando cosas de muchísimo sentimiento y me vi reflejado en muchas de ellas en cuanto a lo que tengo escrito. Hablaba de muchas cosas que yo voy a reflejar también aunque de una manera distinta. En cualquier caso destaco el momento de mi presentación como pregonero por dos razones, la primera porque sentí un alivio, ya que me tiré tiempo sin poder contar la alegría de ser pregonero hasta que la Agrupación de Cofradías no lo presenta. Y la otra la intervención que tuve en el presbiterio de Guadalupe, ya que para mí fue muy emotiva porque quise decir exactamente lo que dije. Quería agradecer cosas, y pedir a Nuestro Padre Jesús del Prendimiento su ayuda para poder terminar el pregón. He escrito lo que he querido y como he querido, me ha salido como yo he pensado.
— ¿Aportó Amigo Vallejo algo en su intervención que te hiciera modificar alguna parte del pregón?
No, pero sí dijo muchas cosas en las que me vi reflejado, teníamos paralelismos en algunas cosas. En cuanto a los sentimientos y a los valores cristianos que uno debe transmitir. Vi mi pregón reflejado en sus palabras y vi que iba en la línea de lo que este quiso mostrar a Baena.
— Una vez terminado el pregón, ¿con que ánimos llega a las tablas del Liceo?
Voy muy contento y muy feliz porque cuando uno hace un trabajo para los demás no se culmina hasta que los demás no lo reciben. Será ese momento cuando suba a las tablas del Teatro Liceo y pueda sentir el cariño de la familia, el de los amigos, el de los cofrades y del pueblo de Baena si es que así lo merezco. Es cuando me sentiré más feliz, con la satisfacción del deber y del trabajo cumplido.
— A un pregón se le pide que emocione, que mueva al público de su butaca. ¿Cree que el suyo lo conseguirá?
Si emocionas mueves al público de sus butacas, evidentemente para mí un pregón es emoción, es sentimiento, tiene que llegar al corazón, tiene que erizar la piel. Si no lo consigues será un gran pregón también pero no será el pregón que yo pienso que debe de ser pregón.
— ¿Cómo valora el pregón realizado por Julio Garrido en la pasada Exaltación del Judío?
Fue un pregón muy trabajado, muy estudiado, distinto totalmente al que yo he pensado para la Semana Santa pero desde luego fue muy ilustrativo. Fue una lección magistral de lo que son nuestros ancestros, de lo que es el judío como figura predominante de nuestra Semana Santa en la proyección de lo que es nuestra fiesta. El pregón que hizo Julio Garrido fue un pregón muy interesante.
— ¿Será un pregón en prosa o en verso? ¿Está dedicado a alguien en especial?
Ambos, conjugaré la prosa y el verso en el mismo y se lo he dedicado a mi padre. Voy a tratar de compaginar diversos estilos literarios, prosa, narrativa, epistolar, poética, audiovisual y musical durante la intervención. Pretendo mostrar la variedad de estilos para procurar también que el público esté más distendido y no se centre en un solo tema.
— De los pregones que se han realizado hasta ahora, ¿Con cuál se queda y cuál es el que más se ajusta al suyo?
Yo he leído y he escuchado bastantes pregones. Me quedo con un trocito de cada uno de ellos. Por ejemplo Julio Garrido me gustó mucho cuando habló de los silencios, Paco Tovar puso un sentimiento profundo e innegable de muchísimo valor. Lola Cristina hizo una interpretación fantástica de su pregón llena de sentimiento. Javi Rojano por las especiales circunstancias que se dieron en ese momento conmigo, fue un pregón que me llegó muchísimo, me impresionó bastante por diferentes circunstancias que se dieron en ese momento conmigo. Había muerto su madre, había muerto mi padre, mi hermano estaba intentando superar su enfermedad y me impresionó muchísimo. Elena hizo un pregón muy bien escrito, con muchísima técnica. A mí me cautivó muchísimo su estilo literario y poético. Juan Mariano también me llegó por el recorrido que hizo en algunas cuestiones de la Semana Santa de Baena.
— En Baena sabemos que hay esa rivalidad sana que caracteriza a nuestra Semana Mayor. ¿Será el suyo un pregón más coliblanco que colinegro por aquello de que pertenece a la cola blanca?
La rivalidad de coliblancos o colinegros, para mí no existe, es anecdótica y si me apuras esa rivalidad a mí me ha servido para hacer amigos, para pasarlo bien con la gente. Yo siempre digo yo soy coliblanco purísimo pero eso es para poder hablar con los demás y poder reírme. Tengo unos amigos increíbles en la cola negra y el pregón que yo voy a hacer estoy convencido de que va a ser el pregón de la Semana Santa de Baena, sin distinción de color. Voy a tratar a todas las cofradías con la misma intensidad, con el mismo sentimiento, con la misma fe y sobre todo con la misma admiración. Yo no siento rivalidad ninguna aunque sea coliblanco.
— ¿Le preocupan la crítica y los titulares del día después?
Sinceramente no porque no me pueden preocupar. No es una falsa humildad, ni tampoco un exceso de confianza, simplemente he trabajado en el pregón lo mejor que he podido y he puesto mis cinco sentidos. Le he dedicado muchísimo tiempo y he hecho todo lo posible por realzar la Semana Santa de Baena y desde ese punto de vista mi trabajo para mí es insuperable, no lo puedo hacer mejor y como quien da lo que tiene no se le ha de criticar pues yo estoy convencido de que la gente va a criticar de manera benigna el pregón. La gente de Baena al fin y al cabo es sabia. A unos les podrá gustar más y a otros menos, pero eso es evidente, pasa con todo en la vida.
— Como pregonero de la Semana Santa y activo integrante de la Semana Grande, ¿cómo valora el crecimiento que vivimos en los últimos años?
A mí eso es algo que también me preocupa, siempre comento con algunos cuadrilleros. Me preocupa porque sabemos que si la representáramos en un gráfico en cuanto al sentido de la pregunta que me has hecho la compararíamos con unos dientes de sierra, lo mismo sube que baja. Estamos en un momento en el que estoy observando que algunas hermandades están teniendo dificultades otra vez. Me preocupa ver cómo la gente joven se está apartando de la Semana Santa, prefieren irse a la discoteca. Me preocupa también que cada vez cuesta más trabajo sustituir a los cargos directivos. Nadie quiere hacerse cargo de las hermandades. Nadie quiere responsabilidades.
Para que tú puedas conseguir que alguien te sustituya tienes que convencer a la gente salvo en circunstancias determinadas. Hace poco hablaba con un cuadrillero de judíos precisamente de la cola negra que termina su mandato ahora y no encuentra quien lo sustituya. Es increíble que en estas fechas el cuadrillero que cesa tenga que buscar a alguien para continuar al frente de la cuadrilla. Es preocupante aunque también hay unos niveles de exigencia en Semana Santa que hay que tener mucho cuidado porque si subimos mucho luego eso hay que mantenerlo, porque si no lo mantienes bajas y se produce el diente de sierra.
Nosotros hemos alcanzado unos niveles de popularidad y grandeza procesional que cuesta mucho mantener. Llevamos todas la hermandades a hombro, hemos reformado todas las andas, hemos incluido todo tipo de utensilios en las procesiones, las centurias romanas han incorporado nuevos instrumentos que hay que mantenerlos luego y todo eso cuesta mucho trabajo conseguirlo. El gran reto no es seguir subiendo, sino mantener lo que tenemos. Y si me apuras creo que hemos bajado un poquito porque veo hermandades que están con dificultades, con pocos hermanos, que tienen dificultades para poder salir, veo menos gente en la calle, gente de Baena que en Semana Santa se marcha de vacaciones a otros lugares, viene también menos gente de fuera. Pero todo esto es una apreciación personal mía, evidentemente la crisis económica también habrá tenido algo que ver en todo esto. Todos estos parámetros hacen que vea que estamos en un momento delicado, y tenemos que hacer un esfuerzo para mantener lo alcanzado.
— ¿Qué hoja de ruta hay que seguir para conseguir la declaración de Interés Turístico Internacional?
Apoyo a la Agrupación de Cofradías y al Ayuntamiento en lo que están haciendo para conseguirla. Nosotros no podemos marcar una hoja de ruta, eso lo marca el gobierno central y este tiene marcada su hoja de ruta, no es una cuestión que nosotros podamos modificar. Ellos nos exigen una documentación histórica o administrativa y nosotros la aportamos. Si no es ahora será más adelante pero estoy convencido de que se nos otorgará, porque eso nos beneficia a todos y desde luego Baena merece reconocimiento de Interés Turístico Internacional.
— Se habla a veces despectivamente de las Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor y el Bombo y como sabe las próximas son en nuestra localidad. ¿Qué opinión le merecen?
No he ido nunca a unas jornadas aunque he visto las de Baena. Yo lo que no puedo concebir evidentemente es que una Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor y el Bombo, que son unas jornadas culturales, se conviertan en una bacanal, que la gente beba, se emborrache, vomiten por las calles, hagan sus necesidades donde no deben y eso lo he visto yo en Baena en su última edición. Todo eso nada tiene que ver con las jornadas pero es una realidad, y esa situación no es buena.
Al igual que cuando nosotros vamos a unas jornadas tenemos que llevar nuestra esencia, tenemos que llevar lo que somos, lo que nos identifica y nos caracteriza. Tenemos que proyectar nuestra Semana Santa. ¿Qué haces con un tambor colgaos vestido con otra indumentaria que no te corresponde? ¿Qué hacemos nosotros en Baena importando toques de tambor que en nada nos identifican? Esas cosas hacen que la gente hable mal y dejen a un lado la verdadera esencia de las Jornadas de Exaltación del Tambor y el Bombo que no es nada más y nada menos que otra cosa que la manifestación cultural, porque el tambor es historia y cultura de los pueblos. Debemos erradicar esas cosas y mostrar nuestra verdadera esencia.
— ¿Qué le dicen los cofrades de a pie estos días cercanos al pregón cuando le ven por la calle?
Me desean suerte y me preguntan que si ya lo tengo todo preparado.
— ¿Cómo le gustaría que su pregón fuese recordado?
Pues que hice un pregón en el que puse mucho sentimiento, en el que trate de exaltar los valores cristianos de nuestra Semana Santa y en el que realcé la figura de todas las hermandades. Quiero que digan que fue una exaltación global, en la que no se quedó nadie atrás, sentido y en el que la reflexión y la bondad estuvieron siempre presentes.
— ¿Cómo vivirá Vicente Mejías la Semana Santa este año?
Será igual que siempre, viviré una Semana Santa normal y corriente con mis trabajos de preparación para que todo esté preparado el Jueves Santo cuando llegue la hora de la procesión.
— ¿Qué mensaje transmitiría a los cofrades antes de la Semana Mayor?
Que la Semana Santa de Baena es nuestra, que es una tradición, que la tradición es dar, que es entregar. Que lo que tenemos nos lo han entregado a nosotros como un valor cultural y económico si me apuras, familiar, entrañable y que lo tenemos que mantener y conservar, ya que forma parte de nuestras vidas, de nuestro legado, de nuestra historia. Después de 450 años algo tiene nuestra Semana Santa para que nosotros la queramos tanto y la mantengamos tan bien preocupándonos tanto de ella. Si tú amas algo lo cuidas. Tenemos que aprender a amar, cuidar y mimar lo que es nuestro. Ese es uno de los mensajes que yo quiero transmitir, amar.
— ¿Qué siente Vicente Mejías cuando está cerca del Prendimiento?
Me acuerdo de mi padre porque la quería muchísimo, yo creo que la quería más que yo. ¿Y sabes por qué? Porque era más viejo que yo y una persona cuanto más mayor se hace más ama, más quiere y con el tiempo el amor es muchísimo más puro. Y cuando lo miro me acuerdo mucho de mi padre y de lo que mi padre quería a Nuestro Padre Jesús del Prendimiento y de lo mucho que el Prendimiento también lo quiso a él.
— ¿Qué nos puede adelantar de lo que viviremos mañana?
Pues solamente que habrá una novedad audiovisual, que es una manera de expresar algo, un sentimiento, una situación. Nunca se ha hecho algo así en un pregón.
CARLOS BERNAL / BAENA DIGITAL