Se deshojaron los cuarenta días que marca el calendario litúrgico para desembocar en un domingo luminoso vespertino por los primeros rayos del sol para acompañar los sones de los tambores más jóvenes que quieren alfombrar con palmas y ramas de olivo a la imagen de Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén.
La Iglesia de Santa María la Mayor le abrió las puertas ayer a la Semana Mayor en Baena con la procesión de la Cofradía de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén. Cientos de personas ocuparon balcones y aceras para vivir con gran intensidad el Domingo de Ramos, con la novedad de que este año estrenaba imagen bajo la advocación de Santa María del Amor, que tras recibir culto durante un tiempo en el templo de la Almedina acompañó por vez primera a la imagen de Jesús triunfante.
Cerca de quinientos pequeños disfrutaron con la Semana Santa chica de Baena, que con este nuevo paso veía culminado el proyecto que se iniciaba hace ahora algo más de una década de manos del que fuese fundador de la cofradía, el sacerdote Virgilio Olmo.
Tras rendir un pequeño homenaje con la colocación de un palmito sobre el azulejo que lleva el nombre del fundador de la cofradía, en la calle Virgilio Olmo, a las 10.00 se realizaba la tradicional recogida de las autoridades para asistir a la bendición de las palmas en la Plaza del Ángel y la solemne eucaristía, presidida por el consiliario de la cofradía, Miguel David Pozo, a la que asistieron los miembros de la corporación municipal junto a los hermanos mayores y cuadrilleros de todas las cofradías baenenses.
La Plaza del Ángel se encontraba repleta de cofrades infantiles ataviados con las túnicas de sus respectivas hermandades, junto a los judíos coliblancos y colinegros y la Centuria Romana que marcaba el inicio del desfile procesional, encabezado por el gallardete y el estandarte de la cofradía.
El incesante repique de campanas de Santa María la Mayor anunciaba la ofrenda de atributos por parte de la hermandad de los profetas. Se daba apertura al inicio del primer desfile procesional baenense con la mirada puesta en el dintel de la puerta del Ángel, en la catedral de la Campiña, para contemplar la primera salida procesional de la sagrada imagen de Santa María del Amor, obra realizada por el hispalense Ramón Martin, que realizaba su primera estación de penitencia.
Ya en la tarde noche serían los tambores roncos de la hermandad de San Juan, pertenecientes a la Cofradía Nazarena, los que pondrían el broche final al Domingo de Ramos baenense, con la celebración de su tradicional miserere en la iglesia conventual de San Francisco.
En esta ocasión los pimientos morrones irían acompañados de la Hermandad de la Verónica, la Hermandad de la Vera Cruz, la Hermandad de las Virtudes y la Hermandad de los Apóstoles para conmemorar el cincuenta aniversario de la titularidad de San Juan. El miserere finalizó con una eucaristía en honor al discípulo amado del Nazareno.
El inicio de los días grandes
Los misereres de las cofradías del Dulce Nombre de Jesús, Santo Cristo del Calvario y Soledad de María Santísima y Nuestro Padre Jesús del Huerto y San Diego de hoy y mañana darán paso al Miércoles Santo, una jornada en la que Baena se inundará de los sones del tambor desde bien temprano, cuando miles de judíos salgan a la calle a echar las cajas.
Será a partir de ese momento cuando se sucedan las distintas procesiones que integran la Semana Santa y un gran número de cultos en las sedes canónicas de las siete cofradías. Entre ellas, el desfile de Estaciones que organiza la Agrupación de Cofradías de Semana Santa reunirá a más de 6.000 cofrades en las calles baenenses.
La Iglesia de Santa María la Mayor le abrió las puertas ayer a la Semana Mayor en Baena con la procesión de la Cofradía de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén. Cientos de personas ocuparon balcones y aceras para vivir con gran intensidad el Domingo de Ramos, con la novedad de que este año estrenaba imagen bajo la advocación de Santa María del Amor, que tras recibir culto durante un tiempo en el templo de la Almedina acompañó por vez primera a la imagen de Jesús triunfante.
Cerca de quinientos pequeños disfrutaron con la Semana Santa chica de Baena, que con este nuevo paso veía culminado el proyecto que se iniciaba hace ahora algo más de una década de manos del que fuese fundador de la cofradía, el sacerdote Virgilio Olmo.
Tras rendir un pequeño homenaje con la colocación de un palmito sobre el azulejo que lleva el nombre del fundador de la cofradía, en la calle Virgilio Olmo, a las 10.00 se realizaba la tradicional recogida de las autoridades para asistir a la bendición de las palmas en la Plaza del Ángel y la solemne eucaristía, presidida por el consiliario de la cofradía, Miguel David Pozo, a la que asistieron los miembros de la corporación municipal junto a los hermanos mayores y cuadrilleros de todas las cofradías baenenses.
La Plaza del Ángel se encontraba repleta de cofrades infantiles ataviados con las túnicas de sus respectivas hermandades, junto a los judíos coliblancos y colinegros y la Centuria Romana que marcaba el inicio del desfile procesional, encabezado por el gallardete y el estandarte de la cofradía.
El incesante repique de campanas de Santa María la Mayor anunciaba la ofrenda de atributos por parte de la hermandad de los profetas. Se daba apertura al inicio del primer desfile procesional baenense con la mirada puesta en el dintel de la puerta del Ángel, en la catedral de la Campiña, para contemplar la primera salida procesional de la sagrada imagen de Santa María del Amor, obra realizada por el hispalense Ramón Martin, que realizaba su primera estación de penitencia.
Ya en la tarde noche serían los tambores roncos de la hermandad de San Juan, pertenecientes a la Cofradía Nazarena, los que pondrían el broche final al Domingo de Ramos baenense, con la celebración de su tradicional miserere en la iglesia conventual de San Francisco.
En esta ocasión los pimientos morrones irían acompañados de la Hermandad de la Verónica, la Hermandad de la Vera Cruz, la Hermandad de las Virtudes y la Hermandad de los Apóstoles para conmemorar el cincuenta aniversario de la titularidad de San Juan. El miserere finalizó con una eucaristía en honor al discípulo amado del Nazareno.
El inicio de los días grandes
Los misereres de las cofradías del Dulce Nombre de Jesús, Santo Cristo del Calvario y Soledad de María Santísima y Nuestro Padre Jesús del Huerto y San Diego de hoy y mañana darán paso al Miércoles Santo, una jornada en la que Baena se inundará de los sones del tambor desde bien temprano, cuando miles de judíos salgan a la calle a echar las cajas.
Será a partir de ese momento cuando se sucedan las distintas procesiones que integran la Semana Santa y un gran número de cultos en las sedes canónicas de las siete cofradías. Entre ellas, el desfile de Estaciones que organiza la Agrupación de Cofradías de Semana Santa reunirá a más de 6.000 cofrades en las calles baenenses.
CARLOS BERNAL / BAENA DIGITAL