Juan Huertas Palma es el consiliario de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa desde sus inicios, en 1977. Lejos de aquella época, casi 40 años después, Huertas relata a Baena Digital cómo ha evolucionado hasta nuestros días la entidad cofradiera, dando una visión personal de la fiesta con más arraigo popular en la ciudad del tambor y abriendo su corazón como baenense de adopción.
— ¿Cómo surge en Baena la Agrupación de Cofradías?
Pues surgió por una necesidad que había de intentar unir criterios, personas y tradiciones que hay dentro de nuestro pueblo. Juan Torrico fue uno de los principales promotores de la misma, yo venía muy ilusionado cuando me destinaron a Baena, pues en Peñarroya, donde ejercía mi ministerio sacerdotal, se estaba gestando también el sueño de tener una Agrupación de Cofradías, aunque no con tanto arraigo semanasantero como el que hay aquí en Baena. Los comienzos fueron muy difíciles porque nadie quería a la Agrupación de Cofradías. La Semana Santa de Baena no está apoyada en cofradías sino que está apoyada en colas, la cola blanca y la cola negra, y en ese 'tira y afloja' que hay entre ambas surge la Agrupación de Cofradías, que no venía a ser ni más ni menos el ente nuevo que nacía para aglutinar a ambas colas.
Aun así, esta nueva entidad no era muy bien aceptada entre ambas porque se pensaba que se iban a restar protagonismo unos a otros, principalmente entre las dos cofradías más grandes existentes en nuestra Semana Santa, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la del Dulce Nombre de Jesús. Las otras cofradías existentes entonces no tenían tanta rivalidad, pues eran las cofradías más humildes y pudiéramos decir que en aquella época estas eran consideradas como de segunda categoría.
— ¿Qué cambiaría de nuestra Semana Santa?
Primeramente cambiaría algunas cosas que yo nunca comprendí, como por ejemplo la cuestión de los judíos, que los aglutinaría en una sola hermandad en vez de que estén divididos en cuadrillas y unificaría criterios no llevando tan a rajatabla todo lo que concierne a la parte de los estatutos, ya que aunque son muy necesarios a estos hay que darles vida y sobre todo hay que darles espíritu, porque la letra es la que mata.
Hay que ver el espíritu que tienen los estatutos y no quedarnos solo en la materialidad, en lo externo del cumplimento leguleyo de todo lo que dicen estos, ya que cuando se llega a lo más profundo no nos interesa porque no queremos complicarnos la vida. Hoy día será muy difícil encontrar ya a un hermano mayor para una hermandad o cofradía porque nadie quiere responsabilidades y prefieren disfrutar del tambor y vivir la Semana Santa a su manera.
— Me ha dicho antes que había cofradías de primera y segunda división. ¿Siguen existiendo hoy día esas divisiones?
Sí, algo queda. Algunas reminiscencias quedan porque eso ha estado tan metido en nuestra sociedad que hay que ir sacándolo poco a poco. No obstante aquellas cofradías que no tenían nada están floreciendo poco a poco y están llegando a tener un sentido de espiritualidad que en aquellas fechas no lo tenían ninguna. Con su ejemplo dan testimonio de ello.
— ¿Cómo vive Juan Huertas la Semana Santa de Baena?
Pues mira, la vivo muy feliz porque me da mucha alegría ver a tanta gente que no veo nunca por la iglesia y en esos días están tan preocupados por las cosas de esta, que estoy deseando que llegue para ver si algo les queda. Luego después pasa uno malos ratos porque le dan importancia a cosas que son accidentales. Y las que son esenciales no les dan importancia de ninguna clase.
Otra cosa que habría que estudiar es la cuestión de los misereres, ya que son una exhibición callejera de cofrades, pero no tienen contenido espiritual. Los hermanos no van a lo que significa el miserere, que es postrarse delante de Jesús para recibir su bendición.
— ¿Ha cambiado mucho la Semana Santa desde sus primeros años en Baena?
Sí, muchísimo, tanto en lo externo como en lo interno. En lo externo se nota que ya ha habido una evolución económica y social dentro de las cofradías que se nota en la pujanza y en la manifestación de grandeza que tiene cada una de ellas.
Hoy día casi todas las cofradías sacan un cartel de Semana Santa, antes eso era impensable. Respecto a los tronos también ha evolucionado bastante. Antes no había dinero ni siquiera para adornar los pasos con flores naturales y se hacía con flores de plástico que se adecentaban días antes de la Semana Santa para colocarlos de nuevo en los pasos y así poder procesionarlos con la mayor dignidad posible.
A mí me desconcierta muchísimo que haya hermanos en las cofradías que no sepan ni siquiera la historia de su cofradía o qué significan estas, ya que muchos de los cofrades ni siquiera vienen a visitarlas durante el año y solo lo hacen en los días grandes, por eso te vuelvo a repetir que nuestras cofradías están muy faltas de espiritualidad.
— ¿Qué opinión le merece el trabajo que desarrolla la Agrupación de Cofradías?
Sinceramente muy débil, la Agrupación de Cofradías no tiene poder ninguno, ni se manifiesta como debería manifestarse. Veo que incluso las personas que forman su directiva están un tanto desalentadas, sin ilusión y es necesario que se renazca nuevamente. Se necesita una renovación de estatutos y es por ello por lo que se ha nombrado una comisión que se va a encargar de estudiar y preparar esa renovación tan necesaria para la institución cofradiera, adaptándolos a estos nuevos tiempos para estar a la altura del siglo XXI.
— ¿Qué líneas de trabajo cree que debe llevar la Agrupación de Cofradías para su consolidación?
Primeramente hay que buscar a gente competente para que estudien la renovación sin presiones de ninguna clase y también les pediría que contasen con 'la cofradía de la calle', pues creo que son un elemento esencial dentro de las mismas, ya que también estos tienen un sentido de lo que debe de ser una cofradía, para que ellos también iluminasen ese proyecto con ideas nuevas que deben llevar consigo los nuevos estatutos.
Debe haber también una autoridad firme donde queden totalmente reflejados los horarios de entrada y salida de las procesiones, sancionando a las mismas si estos no se cumplen y además creo que las personas que ostenten cargos dentro de las cofradías deben tener cierta formación cristiana y eso se debe impulsar desde la propia Agrupación de Cofradías. Para estar ocupando ese cargo se debe pasar por una formación periódica. En Córdoba capital y en Lucena se ha creado una escuela de formación para los directivos de las diferentes cofradías de nuestra diócesis.
— ¿Cree necesaria dentro de la Agrupación de Cofradías la inclusión de las cofradías de gloria de nuestro pueblo?
Sí, por supuesto que deben unirse a este gran proyecto aunque aquí en nuestro pueblo siempre hayan tenido muy poca fuerza. Creo que es el momento de renovar los estatutos de la Agrupación dándole cabida a estas cofradías para que formen parte de esta gran familia.
— ¿Cómo ve Juan Huertas el tema de las cuotas de la Agrupación de Cofradías?
Lo veo muy necesario porque dicen en mi pueblo que 'un don sin din es una carajo en latín', es decir que si no hay dinero no se puede caminar hacia adelante ni tampoco se puede ayudar a los demás cuando lo necesiten.
Si no hay dinero no se le puede exigir a la Agrupación de Cofradías cosas que esta no pueda realizar. Tienen que ser solidarias todas la cofradías, y todas por igual, no pedir a unas muy poquito y a otras mucho. Yo pondría una cuota común para todas, porque todas tienen las mismas responsabilidades y solo daría un voto a cada una de las cofradías.
— ¿Es correcta la implicación de las cofradías con la iglesia en nuestro pueblo?
Sinceramente te diría que muy poco, es decir que la iglesia está al servicio de ellas pero estas poco prestan a la iglesia. Las cofradías serían un semillero estupendo de catequistas, de voluntarios para Cáritas o de voluntarios para visitar a enfermos de sus propias cofradías. Y no hay nadie que esté dispuesto a realizar esta labor. Lo único que queda aún es que pagan todavía el entierro de sus cofrades. Pero una vez muerto ya, si te vi no me acuerdo.
— El padre de la Agrupación de Cofradías fue nuestro paisano Juan Torrico. ¿Qué cree que pensaría hoy día el papel de la misma en nuestro pueblo?
Creo que pasaría un mal rato como todos los pasamos e intentaría hacer a la gente recapacitar para unir criterios que llevasen este barco a buen puerto. Tengo grandes recuerdos de este gran baenense, era un hombre inquieto, amante de su pueblo, amante de sus tradiciones y amante sobre todo de esta hermosura de la Semana Santa de Baena. Tenía una mirada muy crítica y veía donde los demás no veían. Él decía y no se arrepentía de decirlo donde los demás callaban. Fue un hombre benefactor para nuestra Semana Santa pero un poco criticado porque a nadie le gusta que le digan lo feo que eres.
— ¿Cómo ve a la juventud cofrade hoy día? ¿Se implican en la Semana Santa?
Yo tenía una gran ilusión en la juventud pero me doy cuenta que ha salido con los mismos defectos de los mayores, pero además más refinados, porque saben más. Y me da pena, porque ellos serían los que levantarían y transformarían la Semana Santa , pero la juventud de hoy día la ven como un hobbie. Es cierto que no se puede juzgar a todo el mundo por igual, pero la gran mayoría no quieren ningún compromiso con su cofradía o hermandad. Los jóvenes hoy día no arriman el hombro.
— ¿Qué momento no se perdería de nuestra Semana Santa?
El momento que más me gusta es el de los Oficios del Jueves Santo, cuando veo a la gente cómo se emociona.
— Por último, ¿Qué mensaje final le gustaría dar a los cofrades de Baena?
Que cuiden lo que recibimos de los mayores, que lo mimen, que lo purifiquen, que no lo manchen, que no lo ensucien.
— ¿Cómo surge en Baena la Agrupación de Cofradías?
Pues surgió por una necesidad que había de intentar unir criterios, personas y tradiciones que hay dentro de nuestro pueblo. Juan Torrico fue uno de los principales promotores de la misma, yo venía muy ilusionado cuando me destinaron a Baena, pues en Peñarroya, donde ejercía mi ministerio sacerdotal, se estaba gestando también el sueño de tener una Agrupación de Cofradías, aunque no con tanto arraigo semanasantero como el que hay aquí en Baena. Los comienzos fueron muy difíciles porque nadie quería a la Agrupación de Cofradías. La Semana Santa de Baena no está apoyada en cofradías sino que está apoyada en colas, la cola blanca y la cola negra, y en ese 'tira y afloja' que hay entre ambas surge la Agrupación de Cofradías, que no venía a ser ni más ni menos el ente nuevo que nacía para aglutinar a ambas colas.
Aun así, esta nueva entidad no era muy bien aceptada entre ambas porque se pensaba que se iban a restar protagonismo unos a otros, principalmente entre las dos cofradías más grandes existentes en nuestra Semana Santa, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la del Dulce Nombre de Jesús. Las otras cofradías existentes entonces no tenían tanta rivalidad, pues eran las cofradías más humildes y pudiéramos decir que en aquella época estas eran consideradas como de segunda categoría.
— ¿Qué cambiaría de nuestra Semana Santa?
Primeramente cambiaría algunas cosas que yo nunca comprendí, como por ejemplo la cuestión de los judíos, que los aglutinaría en una sola hermandad en vez de que estén divididos en cuadrillas y unificaría criterios no llevando tan a rajatabla todo lo que concierne a la parte de los estatutos, ya que aunque son muy necesarios a estos hay que darles vida y sobre todo hay que darles espíritu, porque la letra es la que mata.
Hay que ver el espíritu que tienen los estatutos y no quedarnos solo en la materialidad, en lo externo del cumplimento leguleyo de todo lo que dicen estos, ya que cuando se llega a lo más profundo no nos interesa porque no queremos complicarnos la vida. Hoy día será muy difícil encontrar ya a un hermano mayor para una hermandad o cofradía porque nadie quiere responsabilidades y prefieren disfrutar del tambor y vivir la Semana Santa a su manera.
— Me ha dicho antes que había cofradías de primera y segunda división. ¿Siguen existiendo hoy día esas divisiones?
Sí, algo queda. Algunas reminiscencias quedan porque eso ha estado tan metido en nuestra sociedad que hay que ir sacándolo poco a poco. No obstante aquellas cofradías que no tenían nada están floreciendo poco a poco y están llegando a tener un sentido de espiritualidad que en aquellas fechas no lo tenían ninguna. Con su ejemplo dan testimonio de ello.
— ¿Cómo vive Juan Huertas la Semana Santa de Baena?
Pues mira, la vivo muy feliz porque me da mucha alegría ver a tanta gente que no veo nunca por la iglesia y en esos días están tan preocupados por las cosas de esta, que estoy deseando que llegue para ver si algo les queda. Luego después pasa uno malos ratos porque le dan importancia a cosas que son accidentales. Y las que son esenciales no les dan importancia de ninguna clase.
Otra cosa que habría que estudiar es la cuestión de los misereres, ya que son una exhibición callejera de cofrades, pero no tienen contenido espiritual. Los hermanos no van a lo que significa el miserere, que es postrarse delante de Jesús para recibir su bendición.
— ¿Ha cambiado mucho la Semana Santa desde sus primeros años en Baena?
Sí, muchísimo, tanto en lo externo como en lo interno. En lo externo se nota que ya ha habido una evolución económica y social dentro de las cofradías que se nota en la pujanza y en la manifestación de grandeza que tiene cada una de ellas.
Hoy día casi todas las cofradías sacan un cartel de Semana Santa, antes eso era impensable. Respecto a los tronos también ha evolucionado bastante. Antes no había dinero ni siquiera para adornar los pasos con flores naturales y se hacía con flores de plástico que se adecentaban días antes de la Semana Santa para colocarlos de nuevo en los pasos y así poder procesionarlos con la mayor dignidad posible.
A mí me desconcierta muchísimo que haya hermanos en las cofradías que no sepan ni siquiera la historia de su cofradía o qué significan estas, ya que muchos de los cofrades ni siquiera vienen a visitarlas durante el año y solo lo hacen en los días grandes, por eso te vuelvo a repetir que nuestras cofradías están muy faltas de espiritualidad.
— ¿Qué opinión le merece el trabajo que desarrolla la Agrupación de Cofradías?
Sinceramente muy débil, la Agrupación de Cofradías no tiene poder ninguno, ni se manifiesta como debería manifestarse. Veo que incluso las personas que forman su directiva están un tanto desalentadas, sin ilusión y es necesario que se renazca nuevamente. Se necesita una renovación de estatutos y es por ello por lo que se ha nombrado una comisión que se va a encargar de estudiar y preparar esa renovación tan necesaria para la institución cofradiera, adaptándolos a estos nuevos tiempos para estar a la altura del siglo XXI.
— ¿Qué líneas de trabajo cree que debe llevar la Agrupación de Cofradías para su consolidación?
Primeramente hay que buscar a gente competente para que estudien la renovación sin presiones de ninguna clase y también les pediría que contasen con 'la cofradía de la calle', pues creo que son un elemento esencial dentro de las mismas, ya que también estos tienen un sentido de lo que debe de ser una cofradía, para que ellos también iluminasen ese proyecto con ideas nuevas que deben llevar consigo los nuevos estatutos.
Debe haber también una autoridad firme donde queden totalmente reflejados los horarios de entrada y salida de las procesiones, sancionando a las mismas si estos no se cumplen y además creo que las personas que ostenten cargos dentro de las cofradías deben tener cierta formación cristiana y eso se debe impulsar desde la propia Agrupación de Cofradías. Para estar ocupando ese cargo se debe pasar por una formación periódica. En Córdoba capital y en Lucena se ha creado una escuela de formación para los directivos de las diferentes cofradías de nuestra diócesis.
— ¿Cree necesaria dentro de la Agrupación de Cofradías la inclusión de las cofradías de gloria de nuestro pueblo?
Sí, por supuesto que deben unirse a este gran proyecto aunque aquí en nuestro pueblo siempre hayan tenido muy poca fuerza. Creo que es el momento de renovar los estatutos de la Agrupación dándole cabida a estas cofradías para que formen parte de esta gran familia.
— ¿Cómo ve Juan Huertas el tema de las cuotas de la Agrupación de Cofradías?
Lo veo muy necesario porque dicen en mi pueblo que 'un don sin din es una carajo en latín', es decir que si no hay dinero no se puede caminar hacia adelante ni tampoco se puede ayudar a los demás cuando lo necesiten.
Si no hay dinero no se le puede exigir a la Agrupación de Cofradías cosas que esta no pueda realizar. Tienen que ser solidarias todas la cofradías, y todas por igual, no pedir a unas muy poquito y a otras mucho. Yo pondría una cuota común para todas, porque todas tienen las mismas responsabilidades y solo daría un voto a cada una de las cofradías.
— ¿Es correcta la implicación de las cofradías con la iglesia en nuestro pueblo?
Sinceramente te diría que muy poco, es decir que la iglesia está al servicio de ellas pero estas poco prestan a la iglesia. Las cofradías serían un semillero estupendo de catequistas, de voluntarios para Cáritas o de voluntarios para visitar a enfermos de sus propias cofradías. Y no hay nadie que esté dispuesto a realizar esta labor. Lo único que queda aún es que pagan todavía el entierro de sus cofrades. Pero una vez muerto ya, si te vi no me acuerdo.
— El padre de la Agrupación de Cofradías fue nuestro paisano Juan Torrico. ¿Qué cree que pensaría hoy día el papel de la misma en nuestro pueblo?
Creo que pasaría un mal rato como todos los pasamos e intentaría hacer a la gente recapacitar para unir criterios que llevasen este barco a buen puerto. Tengo grandes recuerdos de este gran baenense, era un hombre inquieto, amante de su pueblo, amante de sus tradiciones y amante sobre todo de esta hermosura de la Semana Santa de Baena. Tenía una mirada muy crítica y veía donde los demás no veían. Él decía y no se arrepentía de decirlo donde los demás callaban. Fue un hombre benefactor para nuestra Semana Santa pero un poco criticado porque a nadie le gusta que le digan lo feo que eres.
— ¿Cómo ve a la juventud cofrade hoy día? ¿Se implican en la Semana Santa?
Yo tenía una gran ilusión en la juventud pero me doy cuenta que ha salido con los mismos defectos de los mayores, pero además más refinados, porque saben más. Y me da pena, porque ellos serían los que levantarían y transformarían la Semana Santa , pero la juventud de hoy día la ven como un hobbie. Es cierto que no se puede juzgar a todo el mundo por igual, pero la gran mayoría no quieren ningún compromiso con su cofradía o hermandad. Los jóvenes hoy día no arriman el hombro.
— ¿Qué momento no se perdería de nuestra Semana Santa?
El momento que más me gusta es el de los Oficios del Jueves Santo, cuando veo a la gente cómo se emociona.
— Por último, ¿Qué mensaje final le gustaría dar a los cofrades de Baena?
Que cuiden lo que recibimos de los mayores, que lo mimen, que lo purifiquen, que no lo manchen, que no lo ensucien.
CARLOS BERNAL / BAENA DIGITAL