Muchos baenenses participaron anoche en el Vía Crucis del Cristo de San Bartolomé, que procesionó por los alrededores del templo. Tras el miserere que celebra la Hermandad de María Magdalena, perteneciente a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, en el que participa también la Hermandad de los Apóstoles, a las 23.00 de la noche el templo de San Bartolomé abrió sus puertas para poner el broche final al Viernes de Dolores.
Desde hace cinco años la feligresía de San Bartolomé rescató del olvido a la imagen del Cristo crucificado que realizara en los años cuarenta el escultor malagueño, aunque afincado en Granada, José Navas Parejo, procesionándolo por las calles de Baena por primera vez en el año 2011.
Desde los inicios de este Vía Crucis, el párroco de San Bartolomé, Manuel Cuenca, promovió entre sus feligreses un acto con el que preparar la Semana de Pasión, dándole vida a su parroquia y acercando año tras año el verdadero sentido de la Semana Santa con meditaciones pronunciadas por los participantes durante el recorrido procesional.
El recorrido se inició en la puerta del perdón para continuar por las calles adyacentes al templo bartolico, realizando su entrada en la parroquia sobre las 1.15 de la madrugada. Cada año esta imagen procesiona por diferentes calles de la localidad, siendo cada vez mayor la afluencia de gente que participa en el Vía Crucis, que ha ido adquiriendo un mayor auge, llegando a formar ya parte de las actividades que se realizan con motivo de la Semana Mayor.
El sonido de la tambora marcaba el inicio de la comitiva que abría la cruz parroquial, acompañada de unos faroles para iluminar las estrechas calles del casco antiguo de la ciudad por las que este año ha realizado su estación de penitencia. La nota musical a la noche del Viernes Doloroso la puso la Centuria Romana de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Huerto y San Diego, popularmente conocida como Los Mohínos, que cerraba la comitiva interpretando sus marchas.
El acto finalizaba con la colocación del Cristo de Navas Parejo en el altar de la parroquia de San Bartolomé y con el agradecimiento del párroco a los asistentes. Una vez colocada la imagen sobre el aprisco del altar mayor, los asistentes pudieron besar los pies a la imagen del crucificado de San Bartolomé, con los sonidos de las marchas procesionales de la Centuria Mohína, que magistralmente interpretó para deleite de los fieles que abarrotaron el templo.
Desde hace cinco años la feligresía de San Bartolomé rescató del olvido a la imagen del Cristo crucificado que realizara en los años cuarenta el escultor malagueño, aunque afincado en Granada, José Navas Parejo, procesionándolo por las calles de Baena por primera vez en el año 2011.
Desde los inicios de este Vía Crucis, el párroco de San Bartolomé, Manuel Cuenca, promovió entre sus feligreses un acto con el que preparar la Semana de Pasión, dándole vida a su parroquia y acercando año tras año el verdadero sentido de la Semana Santa con meditaciones pronunciadas por los participantes durante el recorrido procesional.
El recorrido se inició en la puerta del perdón para continuar por las calles adyacentes al templo bartolico, realizando su entrada en la parroquia sobre las 1.15 de la madrugada. Cada año esta imagen procesiona por diferentes calles de la localidad, siendo cada vez mayor la afluencia de gente que participa en el Vía Crucis, que ha ido adquiriendo un mayor auge, llegando a formar ya parte de las actividades que se realizan con motivo de la Semana Mayor.
El sonido de la tambora marcaba el inicio de la comitiva que abría la cruz parroquial, acompañada de unos faroles para iluminar las estrechas calles del casco antiguo de la ciudad por las que este año ha realizado su estación de penitencia. La nota musical a la noche del Viernes Doloroso la puso la Centuria Romana de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Huerto y San Diego, popularmente conocida como Los Mohínos, que cerraba la comitiva interpretando sus marchas.
El acto finalizaba con la colocación del Cristo de Navas Parejo en el altar de la parroquia de San Bartolomé y con el agradecimiento del párroco a los asistentes. Una vez colocada la imagen sobre el aprisco del altar mayor, los asistentes pudieron besar los pies a la imagen del crucificado de San Bartolomé, con los sonidos de las marchas procesionales de la Centuria Mohína, que magistralmente interpretó para deleite de los fieles que abarrotaron el templo.
CARLOS BERNAL / BAENA DIGITAL
