Cante flamenco, poesía y recuerdos sobre las faenas del campo. Esos fueron ayer los protagonistas del acto celebrado en la sala de exposiciones del artista Emilio Rosales. En la velada, el periodista y escritor Manuel Piedrahita pidió fomentar lo rural y recordó el antaño maridaje entre las faenas del campo y el cante flamenco.
El periodista de Televisión Española homenajeó al cante flamenco al comienzo de un intervención y parafraseó a varios autores para definirlo: "el lamento de una raza doliente", "cárceles y muertes", "la voz del pueblo". Piedrahita se remontó a las canciones campesinas y recordó vivencias de su infancia relacionadas con trillos, eras de cortijos y hombres con sombrero de paja. Además, lamentó el que ya no se escuchen cantes en los tajos.
Migas, mulas, trillos, juntas y arreos del campo. Esos son los recuerdos de Emilio Rosales, que alternó varios cantes de trilla y pajaronas con su reconocida poesía. Una prosa que el periodista calificó de "conmovedora", una voz "honda" propia de los pueblos rurales, esos que Piedrahita dijo que "no tienen que imitar a las ciudades".
En la velada no faltaron las coplas del olivar de Eduardo Tarifa y dos de sus alumnas y los cantes rurales de Lourdes Palmero y Raquel Roldán. Todo ello rodeado con las pinturas de Rosales, muchas con el olivo y el campo como tema central.
El periodista de Televisión Española homenajeó al cante flamenco al comienzo de un intervención y parafraseó a varios autores para definirlo: "el lamento de una raza doliente", "cárceles y muertes", "la voz del pueblo". Piedrahita se remontó a las canciones campesinas y recordó vivencias de su infancia relacionadas con trillos, eras de cortijos y hombres con sombrero de paja. Además, lamentó el que ya no se escuchen cantes en los tajos.
Migas, mulas, trillos, juntas y arreos del campo. Esos son los recuerdos de Emilio Rosales, que alternó varios cantes de trilla y pajaronas con su reconocida poesía. Una prosa que el periodista calificó de "conmovedora", una voz "honda" propia de los pueblos rurales, esos que Piedrahita dijo que "no tienen que imitar a las ciudades".
En la velada no faltaron las coplas del olivar de Eduardo Tarifa y dos de sus alumnas y los cantes rurales de Lourdes Palmero y Raquel Roldán. Todo ello rodeado con las pinturas de Rosales, muchas con el olivo y el campo como tema central.
REDACCIÓN / BAENA DIGITAL
