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Reparto de empleo

Estoy seguro que la mayoría de los lectores, al leer el título de la presente columna, vislumbran su temática como la necesidad imperante de repartir el escaso empleo que en tiempos de crisis se genera, sobre todo desde las instituciones públicas. Efectivamente es así, pero antes debemos diferenciar, a modo de introducción, diferentes conceptos como puedan ser Reparto del Trabajo, Reparto del Empleo, Reparto del Paro y también, de forma independiente a los anteriores conceptos, la mera selección de personal de contratos de trabajo desde las administraciones. Lo hacemos muy brevemente, incorporándoles una pizca del lógico aporte ideológico personal: 

® AD ENTERTAINMENTS ||| PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN

Reparto del Trabajo: es el concepto más amplio, pues además de repartir el empleo (trabajo productivo), se plantea repartir otras formas de trabajo, como el ocioso, reproductivo, cuidados de la vida, las tareas domésticas, etc. Sigo pensando que políticas encaminadas a conseguir este menester crean empleo y son acertadas también en época de crisis. 

Reparto del Empleo: aquellas políticas encaminadas a repartir el trabajo productivo entre la población, ya sea con la disminución de la jornada laboral u otras fórmulas. Menos tiempo pero más trabajadores, con ajustes fiscales y sociales que permitan concurrir unas condiciones acertadas de oferta y demanda. Todo lo contrario al discurso dominante actual, donde la destrucción de puestos de trabajo agrava el problema por el desequilibrio de oferta y demanda, además de otras políticas iniciadas, como el aumento de la edad para la jubilación. 

Reparto del Paro: ante problemas de liquidez o demanda de producción en una determinada empresa se opta por reducir el salario de los empleados, en vez de despedir a parte de éstos. Ésta debe ser una política coyuntural de emergencia y no una propuesta generalizada. 

Selección de personal para empleos públicos: ya sabemos que para las ofertas de empleo público hay procesos selectivos, mas o menos transparentes, con multitud de formas de selección, dependiendo de que sea concurso, oposición o mixtas, en los que supuestamente las personas mas preparadas optan a dichos puestos, ya sean temporales, fijos como personal laboral o funcionarios. Además, existen diferentes programas específicos en los que se ofertan trabajos remunerados destinados a la formación de las personas participantes, Escuelas Taller, Casa de Oficios y Talleres de Empleo, etc. Aunque este apartado nada tiene que ver con las cuestiones macroeconómicas de fondo planteadas anteriormente, y dado que desde esta sección ‘A ras de suelo’ priorizamos los temas propios de tertulias de bar de actualidad, no tenemos más opción que profundizar en este aspecto desde un enfoque local. Para ello, analizamos de forma sucinta diferentes aspectos más cercanos relacionados con la política de empleo municipal, de forma que proporcione la oportuna reflexión individual al respecto. 

Plan Municipal de Solidaridad: como adelantaba este mismo medio, el Ayuntamiento ha cerrado este año con 735 contratos bajo dicho programa. Como declaraba la propia alcaldesa, “se esta haciendo un importante esfuerzo por ayudar a los que peor lo están pasando y que son los que más están sufriendo esta crisis, los parados”. Creo que todos somos conscientes que se prioriza el reparto de jornales entre los que más lo necesitan, a sabiendas que tal vez no sea la forma mas eficaz desde un enfoque productivo y de eficiencia en la inversión pública. También a sabiendas, que aquellos jóvenes que continúan esperando mejores tiempos para casarse o tener descendencia tendrán que seguir esperando, pues se quedaran fuera de dicho programa, aunque también lo necesiten, porque supuestamente su necesidad es menor que personas con cargas familiares, en paro y con prestaciones agotadas. 

Bolsa de Empleo público municipal: terminado el plazo de presentación de solicitudes de autobaremación para la integración en dicha Bolsa, mucho me temo que puedan salirle telarañas a dichas solicitudes sin tan siquiera mecanizar, y es que personalmente no apostaría un euro por esta opción, ya sea por la escasa voluntad política para hacerla funcionar o por la complejidad que realmente pueda suponer su gestión con el enfoque dado inicialmente. Este tipo de medidas suelen ser incomodas para un equipo de gobierno, podemos pensar porque limitan la discrecionalidad a la hora de contratar, pero también porque realmente puedan entorpecer el desempeño de las diferentes tareas. Personalmente pienso que los trabajos municipales deben realizarse con criterios de eficiencia, con las personas más capaces para cada tarea, y no solamente para quien sobre el papel más lo necesite o por un estricto orden con escasas garantías de veracidad. En caso contrario, iniciativas como esta pueden servir para organizar la cola de la pescadería, pero no para el desempeño de los múltiples servicios municipales que el Ayuntamiento tiene que ofrecer a toda la ciudadanía con criterios de calidad y eficiencia. 

Comisiones mixtas de selección de personal para puestos temporales específicos: las llamamos ‘mixtas’ por su condición multidisciplinar desde el punto de vista técnico, pero a menudo con descontentos o procesos de impugnación. Realmente desconozco la viabilidad de incorporar a dichas Comisiones de selección a personal político, representando a gobierno y oposición, o igual lo que hacemos es agravar el problema a la hora de consensuar criterios más subjetivos y de difícil cuantificación, como por ejemplo la puntuación del desarrollo de una entrevista personal. Debe ser decepcionante tener que participar en una comisión encargada de seleccionar a 18 personas de entre más de un millar, como en la selección de los últimos talleres de empleo. Baremaciones oficiales, requisitos técnicos, colectivos preferentes, selección del SAE… pueden ayudar a dicha tarea, pero aún así, no le quita complejidad, estando lógicamente la polémica servida. 

Y es que, verdaderamente es una pena, que el Servicio Andaluz de Empleo (SAE), ocho años después de su creación para gestionar la transferencia de las políticas activas de empleo, aún no haya conseguido mejorar la orientación, formación y mediación laboral para los desempleados. Y es que una selección del SAE, sigue adoleciendo de eficacia, justicia y transparencia. Tras varios años de intento, aún se sigue pendiente de que el empresariado acuda al SAE a ofertar empleo y buscar personal, aún sigue siendo testimonial su intervención en las contrataciones, marcando su ineficiencia en las políticas activas de empleo, relegada a las políticas pasivas de empleo, como la gestión de subsidios de desempleo y poco más, dejando el campo libre a ETTs, agencias de colocación o bolsas de empleo independientes. 

PEPE R. SILLERO
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