El periodista baenense Francisco Expósito Extremera pronunciará mañana una conferencia en la Casa de la Cultura en torno a la figura de Fernando Vázquez Ocaña bajo el titulo La recuperación de un periodista olvidado. Se trata de una trabajada aproximación a uno de los nombres clave de la historia de Baena que se inserta en el ciclo de actividades del Grupo Cultural Amador de los Ríos, asociación que el propio Expósito preside. Con el objeto de conocer un poco más acerca de las líneas sobre las que girará la conferencia, Baena Digital entrevista a su autor.
—¿Qué importancia le atribuye a la figura de Vázquez Ocaña en la historia de Baena?
—La amplia trayectoria profesional de Fernando Vázquez Ocaña le convierte en uno de los principales periodistas andaluces de la primera mitad del siglo XX. Vázquez Ocaña fue el periodista cordobés que asumió una mayor importancia profesional en la Segunda República y uno de los que han dirigido más medios de comunicación durante el siglo XX. Además, fue un renovador del estilo periodístico en la prensa cordobesa.
—¿Qué rasgos cree usted que definen el periodismo realizado por Ocaña?
—Junto a la defensa de la profesión periodística y la mejora de las condiciones laborales de sus profesionales, Vázquez Ocaña también propugnará una renovación del mensaje y de los contenidos de la prensa de provincias. El periodista defenderá una renovación del estilo periodístico, rechazará el sensacionalismo y criticará la prensa que se venía haciendo por "anticuada". Por ello, propondrá un periodismo más cercano a la realidad política y social.
—Entre otros medios de la época Vázquez Ocaña fue colaborador del Diario de Córdoba, ¿como fue su paso por la prensa de la provincia?
—Tanto en Córdoba, como en el periodismo nacional y mexicano, Vázquez Ocaña acumuló una dilatada trayectoria al trabajar en numerosos periódicos y colaborar en diversas publicaciones provinciales. Aunque sus inicios estuvieron definidos por su permanencia en el Diario Liberal, escribió durante varios años en la década de los veinte en el Diario de Córdoba, además de ser redactor jefe de Andalucía Ilustrada y Revista Popular.
En los años treinta, como director, estuvo al frente del semanario Política, del que era fundador, y después fue redactor jefe cuando se convirtió en diario. La desaparición de este periódico vinculado al Partido Socialista le llevó a fundar y dirigir el diario El Sur. Después tuvo una amplia trayectoria en la prensa nacional y en su exilio mexicano.
—¿Qué relación mantuvo Ocaña con Bermúdez Cañete, otro periodista ilustre de Baena aunque de una orientación ideológica diferente?
—La trayectoria de Fernando Vázquez Ocaña guarda gran similitud con la de Antonio Bermúdez Cañete. Ambos periodistas nacieron en Baena en 1898, los dos fueron diputados en la Segunda República y estuvieron marcados por el drama de la guerra civil. Uno fue asesinado y el otro se tuvo que exiliar de España para no regresar jamás. La cita que incluyo en el cartel de la conferencia muestra que tuvieron alguna relación, aunque no he podido localizar más datos al respecto, ni la familia de ambos periodistas me han sabido decir nada.
—El periodista baenense además tuvo relación con algunos de los grandes intelectuales de la época, como Federico García Lorca. ¿Qué le unió al poeta granadino?
—Sus inquietudes culturales y su labor periodística lo acercaron pronto a la cultura, al mundo de los poetas y los pintores a través de las críticas de teatro o de música que redactaba en el Diario Liberal y en Diario de Córdoba. Entre estos nos encontramos a Federico García Lorca, con el que estuvo, al menos, en dos ocasiones en Córdoba.
Así, en 1934, acompañaría al autor de Poeta en Nueva York durante una visita que hizo a la ciudad califal, junto a otros periodistas e intelectuales. Este encuentro se produjo con motivo de una reunión de poetas, entre los que figuraban Garfias, Lorca, Aleixandre, Rejano, Prados o Altolaguirre. Todos estuvieron en la sede del periódico El Sur.
El otro encuentro se produjo el 25 de agosto de 1935. Entonces se celebraba el tercer centenario de la muerte de Lope de Vega y viajaron a Fuente Obejuna. Tras su muerte, Vázquez Ocaña lamentó mucho el fallecimiento de García Lorca, sobre el que escribiría una de las primeras grandes biografías del exilio.
—¿Qué grado de importancia guarda un texto como el de Pasión y Muerte de la Segunda Republica Española para comprender las etapas por las que pasó el bando republicano?
—En París dedicó parte de su tiempo a la redacción y publicación de este libro, un valioso documento, a poco de la derrota del Gobierno republicano, en el que analiza las causas y consecuencias del alzamiento nacional y en el que advierte del crucial momento en el que se encuentran las democracias europeas ante el auge de los totalitarismos.
Sin duda, fue un gran redescubrimiento para la historiografía la reedición del único ejemplar que quedaba en el año 2007. Historiadores de este periodo como Ángel Viñas ya lo incluyen en su bibliografía. Fue un libro crítico con el bando nacional y los poderes que sustentaron el golpe de Estado militar, pero también con las fuerzas republicanas que también contribuyeron a la destrucción del sistema de gobierno en el que tanto había creído.
—¿Qué retos le ha planteado investigar la figura de Vázquez Ocaña en su tesis doctoral?
—El proyecto de recuperar la figura de Vázquez Ocaña es para mí una obligación como baenense y como periodista. Hay que remarcar la importancia que tuvo para la prensa cordobesa, pero también su protagonismo como escritor en obras del exilio. Las dificultades para hilvanar su trayectoria fueron importantes, aunque la satisfacción ha sido enorme. El trabajo sobre Vázquez Ocaña lo enmarco en un proyecto global sobre el periodismo baenense y cordobés que continuaré cuando defienda la tesis doctoral.
—¿Cree que Vázquez Ocaña ha sido justamente reconocido tanto en México, como en su propia Córdoba natal?
—En México se está descubriendo de un tiempo para acá. Tuve la oportunidad de participar en un acto de recuperación en México DF en el año 2009 y fue emocionante el sentimiento que aún despierta el republicanismo español entre los hijos de los exiliados españoles.
En Córdoba llevamos más de dos décadas reivindicando su figura. Primero fue a través de Antonio Ramos Espejo, mi codirector de tesis doctoral, pero también hubo otros reconocimientos como la rotulación de una calle en Baena, la reedición del libro Pasión y muerte de la Segunda República española, el acto que celebró el Grupo Cultural Amador de los Ríos en 2008 o los artículos que hemos venido publicando en Cancionero o en el diario Córdoba, que han continuado con el trabajo de investigación que defendí en la Universidad de Sevilla este año y que culminará con la tesis doctoral.
—Vázquez Ocaña era un periodista comprometido con la situación que vivía por entonces España, ¿cree que profesión en la actualidad adolece de algo de ese compromiso, teniendo en cuenta los momentos por los que discurre?
—En los años veinte del pasado siglo, Vázquez Ocaña advertía de la dramática situación en la que se encontraba la profesión periodística. Casi un siglo después, el periodismo se encuentra en una de sus mayores crisis, con la desaparición de medios de comunicación y la crítica situación del profesional por el gran problema del paro existente y el deterioro de las condiciones laborales.
Entiendo el compromiso con el lector, del profesional que busca siempre el máximo rigor con la información y ofrece una información contrastada y veraz. Todo lo demás no es periodismo. El halo de romanticismo que rodeaba al periodismo desapareció hace muchos años. Hoy eres un profesional que te debes al lector, que es quien debe mantener a la empresa, siempre bajo los principios constitucionales y la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
—Desde el Grupo Amador de los Ríos, ¿tenéis proyectado continuar con actos de este tipo mediante los que se recupere la memoria de personajes relevantes de la localidad?
—Sí. El próximo año colaboraremos con el Centro de Documentación Juan Alfonso de Baena para conmemorar el centenario del fallecimiento de Valverde y Perales. También queremos reconocer la labor de Manuel Piedrahita Toro, un gran periodista, miembro del grupo cultural, que ha contribuido a divulgar el aceite de Baena, pero también sus tradiciones y cultura.
—¿Qué importancia le atribuye a la figura de Vázquez Ocaña en la historia de Baena?
—La amplia trayectoria profesional de Fernando Vázquez Ocaña le convierte en uno de los principales periodistas andaluces de la primera mitad del siglo XX. Vázquez Ocaña fue el periodista cordobés que asumió una mayor importancia profesional en la Segunda República y uno de los que han dirigido más medios de comunicación durante el siglo XX. Además, fue un renovador del estilo periodístico en la prensa cordobesa.
—¿Qué rasgos cree usted que definen el periodismo realizado por Ocaña?
—Junto a la defensa de la profesión periodística y la mejora de las condiciones laborales de sus profesionales, Vázquez Ocaña también propugnará una renovación del mensaje y de los contenidos de la prensa de provincias. El periodista defenderá una renovación del estilo periodístico, rechazará el sensacionalismo y criticará la prensa que se venía haciendo por "anticuada". Por ello, propondrá un periodismo más cercano a la realidad política y social.
—Entre otros medios de la época Vázquez Ocaña fue colaborador del Diario de Córdoba, ¿como fue su paso por la prensa de la provincia?
—Tanto en Córdoba, como en el periodismo nacional y mexicano, Vázquez Ocaña acumuló una dilatada trayectoria al trabajar en numerosos periódicos y colaborar en diversas publicaciones provinciales. Aunque sus inicios estuvieron definidos por su permanencia en el Diario Liberal, escribió durante varios años en la década de los veinte en el Diario de Córdoba, además de ser redactor jefe de Andalucía Ilustrada y Revista Popular.
En los años treinta, como director, estuvo al frente del semanario Política, del que era fundador, y después fue redactor jefe cuando se convirtió en diario. La desaparición de este periódico vinculado al Partido Socialista le llevó a fundar y dirigir el diario El Sur. Después tuvo una amplia trayectoria en la prensa nacional y en su exilio mexicano.
—¿Qué relación mantuvo Ocaña con Bermúdez Cañete, otro periodista ilustre de Baena aunque de una orientación ideológica diferente?
—La trayectoria de Fernando Vázquez Ocaña guarda gran similitud con la de Antonio Bermúdez Cañete. Ambos periodistas nacieron en Baena en 1898, los dos fueron diputados en la Segunda República y estuvieron marcados por el drama de la guerra civil. Uno fue asesinado y el otro se tuvo que exiliar de España para no regresar jamás. La cita que incluyo en el cartel de la conferencia muestra que tuvieron alguna relación, aunque no he podido localizar más datos al respecto, ni la familia de ambos periodistas me han sabido decir nada.
—El periodista baenense además tuvo relación con algunos de los grandes intelectuales de la época, como Federico García Lorca. ¿Qué le unió al poeta granadino?
—Sus inquietudes culturales y su labor periodística lo acercaron pronto a la cultura, al mundo de los poetas y los pintores a través de las críticas de teatro o de música que redactaba en el Diario Liberal y en Diario de Córdoba. Entre estos nos encontramos a Federico García Lorca, con el que estuvo, al menos, en dos ocasiones en Córdoba.
Así, en 1934, acompañaría al autor de Poeta en Nueva York durante una visita que hizo a la ciudad califal, junto a otros periodistas e intelectuales. Este encuentro se produjo con motivo de una reunión de poetas, entre los que figuraban Garfias, Lorca, Aleixandre, Rejano, Prados o Altolaguirre. Todos estuvieron en la sede del periódico El Sur.
El otro encuentro se produjo el 25 de agosto de 1935. Entonces se celebraba el tercer centenario de la muerte de Lope de Vega y viajaron a Fuente Obejuna. Tras su muerte, Vázquez Ocaña lamentó mucho el fallecimiento de García Lorca, sobre el que escribiría una de las primeras grandes biografías del exilio.
—¿Qué grado de importancia guarda un texto como el de Pasión y Muerte de la Segunda Republica Española para comprender las etapas por las que pasó el bando republicano?
—En París dedicó parte de su tiempo a la redacción y publicación de este libro, un valioso documento, a poco de la derrota del Gobierno republicano, en el que analiza las causas y consecuencias del alzamiento nacional y en el que advierte del crucial momento en el que se encuentran las democracias europeas ante el auge de los totalitarismos.
Sin duda, fue un gran redescubrimiento para la historiografía la reedición del único ejemplar que quedaba en el año 2007. Historiadores de este periodo como Ángel Viñas ya lo incluyen en su bibliografía. Fue un libro crítico con el bando nacional y los poderes que sustentaron el golpe de Estado militar, pero también con las fuerzas republicanas que también contribuyeron a la destrucción del sistema de gobierno en el que tanto había creído.
—¿Qué retos le ha planteado investigar la figura de Vázquez Ocaña en su tesis doctoral?
—El proyecto de recuperar la figura de Vázquez Ocaña es para mí una obligación como baenense y como periodista. Hay que remarcar la importancia que tuvo para la prensa cordobesa, pero también su protagonismo como escritor en obras del exilio. Las dificultades para hilvanar su trayectoria fueron importantes, aunque la satisfacción ha sido enorme. El trabajo sobre Vázquez Ocaña lo enmarco en un proyecto global sobre el periodismo baenense y cordobés que continuaré cuando defienda la tesis doctoral.
—¿Cree que Vázquez Ocaña ha sido justamente reconocido tanto en México, como en su propia Córdoba natal?
—En México se está descubriendo de un tiempo para acá. Tuve la oportunidad de participar en un acto de recuperación en México DF en el año 2009 y fue emocionante el sentimiento que aún despierta el republicanismo español entre los hijos de los exiliados españoles.
En Córdoba llevamos más de dos décadas reivindicando su figura. Primero fue a través de Antonio Ramos Espejo, mi codirector de tesis doctoral, pero también hubo otros reconocimientos como la rotulación de una calle en Baena, la reedición del libro Pasión y muerte de la Segunda República española, el acto que celebró el Grupo Cultural Amador de los Ríos en 2008 o los artículos que hemos venido publicando en Cancionero o en el diario Córdoba, que han continuado con el trabajo de investigación que defendí en la Universidad de Sevilla este año y que culminará con la tesis doctoral.
—Vázquez Ocaña era un periodista comprometido con la situación que vivía por entonces España, ¿cree que profesión en la actualidad adolece de algo de ese compromiso, teniendo en cuenta los momentos por los que discurre?
—En los años veinte del pasado siglo, Vázquez Ocaña advertía de la dramática situación en la que se encontraba la profesión periodística. Casi un siglo después, el periodismo se encuentra en una de sus mayores crisis, con la desaparición de medios de comunicación y la crítica situación del profesional por el gran problema del paro existente y el deterioro de las condiciones laborales.
Entiendo el compromiso con el lector, del profesional que busca siempre el máximo rigor con la información y ofrece una información contrastada y veraz. Todo lo demás no es periodismo. El halo de romanticismo que rodeaba al periodismo desapareció hace muchos años. Hoy eres un profesional que te debes al lector, que es quien debe mantener a la empresa, siempre bajo los principios constitucionales y la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
—Desde el Grupo Amador de los Ríos, ¿tenéis proyectado continuar con actos de este tipo mediante los que se recupere la memoria de personajes relevantes de la localidad?
—Sí. El próximo año colaboraremos con el Centro de Documentación Juan Alfonso de Baena para conmemorar el centenario del fallecimiento de Valverde y Perales. También queremos reconocer la labor de Manuel Piedrahita Toro, un gran periodista, miembro del grupo cultural, que ha contribuido a divulgar el aceite de Baena, pero también sus tradiciones y cultura.
JESÚS CRUZ ÁLVAREZ / REDACCIÓN
